Lo primero que quiero indicar es que considero el sexo como placer entre dos personas y no amor. El sexo se hizo para el disfrute entre dos, y no como demostracion de amor, para eso ya existen otras cosas. El sexo es puro placer, disfrute, y porque no decirlo, lujuria.
Todos los personajes que aparecen en esta obra son personas normales y corrientes. Con sus defectos: barriga, celulitis, estrias, caderas anchas, culos fofos, pechos caidos, penes pequenos, etc, y para nada son modelos de cuerpos perfectos alejados de la realidad.
Si habeis leido hasta aqui os agradezco la paciencia por leer la introduccion y os animo a que leais tambien el relato y lo disfruteis tanto como yo lo disfrute al escribirlo, vosotros y vosotras ya me entendeis.
Jueves por la tarde. A mi suegra Josefina no le venia bien otro dia ir al banco. Eran cerca de las 16:30 cuando llegamos los dos a la oficina. Mi mujer trabajaba, y yo por culpa de un tropezon estupido estaba unos dias de baja, que intentaria que fueran los menos posible. Torcedura de tobillo con rotura de fibras, mal momento para estar de baja con el trabajo acumulado que tenia.
Pero ella insistio en que la acompanara al banco. Debia hacer unas transferencias bancarias, y luego ingresar unos cheques por el alquiler de un pequeno piso que disponia en el centro, y por el que le pagaban bastante bien. Le daba un poco de miedo ir sola a la oficina, y cogiendo la muleta que se habia convertido en mi fiel companera los ultimos dias nos fuimos para alla.
Divorciada desde que mi mujer era adolescente, Josefina era lo que se podia llamar una mujer echada para delante. Tuvo varios trabajos y ahora aparte del alquiler, pasaba consulta como quiromasajista, con lo que podia vivir mas o menos sin problemas economicos. Una mujer madura que a sus 52 anos se conservaba como si tuviera 20 anos menos. Habia tenido a su hija, mi mujer, muy joven.
El hecho de que su ropa tambien se ajustara a esa diferencia de edad, y que siempre soliera usar lo que para mi era una talla menor a la suya, hacia que muchos hombres se volvieran cada vez que pasaba. Tampoco ayudaba mucho a que no la miraran sus anchas caderas, y sus no menos grandes pechos.
Entramos en la oficina, y un hombre que venia detras de mi cerro la puerta del banco haciendo que pudieramos refrescarnos al entrar en el interior con el aire acondicionado a bastante potencia. Para ser primeros del mes de junio, el sol calentaba bastante.
Josefina saco la cartilla del bolso, mientras yo me quede en un discreto segundo plano. En ese momento no me di cuenta de que el hombre que estaba detras nuestro habia echado el pestillo de la puerta del banco, y, colocandose un pasamontanas, saco un arma y nos apunto con una pistola, y su companero, ya dentro de la oficina hizo lo mismo.
-Senores y senoras esto es un atraco. -dijo el hombre que ya se encontraba dentro de la oficina.
En ese momento mi suegra dio un brinco asustada y dejo caer la cartilla al suelo.
-Senora se le ha caido esto. -le dijo el hombre que estaba detras nuestro y se agacho para cogerla y devolverle la cartilla-. Y que pedazo de senora. -en ese momento senalo con su pistola los grandes pechos de mi suegra.
-No queremos su dinero senores y senoras. -dijo el primer ladron al ver que Josefina estaba tan asustada-. Solo el de esta oficina. El seguro les devolvera todo el dinero que nos llevemos. Y ahora, por favor, haganse a un lado.
Los 10 o 12 clientes que estabamos en ese momento en el banco obedecimos y nos apartamos a un lado tal y como nos habian ordenado los ladrones. Mi suegra, delante de mi, pego contra mi paquete su trasero rematado por unos pantalones bastante cortos para su edad. Yo quede atrapado entre su culo y la cristalera de uno de los despachos donde trabajaba una de las oficinistas de la sucursal.
-Ahora van a abrir la caja fuerte y van a darnos todo el efectivo que tengan en billetes grandes. -dijo el primer ladron senalando con su pistola al director de la sucursal.
Me fije en que el segundo ladron, bastante mas torpe, se entretenia en mirar a mi suegra y volvia a senalar con su pistola sus grandes pechos. Tanto, que en un momento determinado puso el canon en su canalillo. Josefina dio otro respingo al notar el acero entre sus mamas, y en ese instante me di cuenta de que la pistola era falsa.
Cuando el director se acerco a la caja fuerte para abrirla acompanado de otra empleada, una joven de unos veintitantos anos, calcule, oimos una sirena de un coche de la policia que se acercaba cada vez mas.
El primer ladron tiro del hombro del segundo, y abriendo la puerta de la oficina, salieron a la carrera perdiendose entre la multitud.
A Josefina le dio un mareo debido a lo acababa de pasar. La joven de antes la sento en su propia silla y le trajo un vaso de agua de su maquina dispensadora. Mi suegra se encontraba muy nerviosa, y aunque el mareo se le fue pasando poco a poco, al final no pudo hacer las transferencias y el ingreso de los cheques. Pero la joven le comento que no debia preocuparse ya que ella la llamaria cuando todo quedara arreglado, para hacerle las transferencias y el cobro de los cheques.
La policia llego unos instantes despues.
Cuando nos tomaron declaracion a todos, y la policia nos permitio volver a nuestras casa o quehaceres, mi suegra me pidio que la acompanara a su casa.
-Claro que si suegra. -a veces le decia suegra en lugar de llamarla por su nombre-. Menudo susto nos hemos llevado. Sujetame mientras vamos andando, procurare que no te caigas. Estas muy nerviosa.
Su casa no estaba lejos del banco, asi que llegamos enseguida.
Entramos en casa. Yo tenia una llave del piso por si en algun momento necesitaba entrar si ella estaba fuera o aunque ella estuviera en casa.
-Pedro, necesito darme una buena ducha. -me dijo dejando el bolso en la pequena mesita de la entrada y las llaves en el llavero-. ¿Podrias esperarme hasta que termine? Aun no se me han pasado los nervios del todo y podria caerme o algo en la ducha. ¿Me haras ese favor?
-Claro que si. No tengo nada mejor que hacer esta tarde. -le conteste sentandome en el sofa del salon y dejando la muleta a un lado.
-Dejare la puerta del bano abierta por si me surge algo y tengo que avisarte. -me dijo Josefina.
-De acuerdo. Mirare un poco la tv a ver si hay algo pasable. Jejeje. -le dije cogiendo el mando a distancia.
Al poco oi el agua de la ducha. Repase de arriba abajo la programacion de la tv, no vi nada interesante, pero en ese momento me vino a la cabeza la imagen de mi suegra desnuda. Para mi sorpresa habia dejado la blusa sobre el sofa antes de meterse en el lavabo y sin que yo me diera cuenta, lo que hizo que me viniera esa imagen.
Imagine sus pechos maduros recibiendo el agua mientras mi suegra se los enjabonaba y los frotaba para limpiarlos bien.
Di un golpe sin querer con el codo a la muleta que cayo al suelo. Puse atencion por si ella habia oido el golpe y me preguntaba que habia pasado, pero solo oi el agua de la ducha, por lo que supe que no oyo caerse mi muleta.
La imagen de ella desnuda iba y venia en rachas. Entonces el agua dejo de correr y volvi a hacer que prestaba atencion a la tv.
Josefina salio de la ducha envuelta en una toalla. Llevaba otra en su pelo.
-¿Todo bien suegra? – le pregunte.
-Todo bien yerno. -me contesto sonriendo-. Ya me encuentro mejor. Mas relajada y ya se me paso el susto.
-De acuerdo. Pues si te encuentras bien me vuelvo para casa.
-¿No te apetece darte una ducha tambien? Hace mucho calor para esta epoca del ano, todavia estamos en junio, y ademas con las emociones de hoy…