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26 Mar 2024La profesora de matematicas 45 Nati estrena su condicion de puta y recibe a su primer cliente. Alberto profundiza en su atencion a los culos de Clara y Marivi y se lanza a declarar su deseo a su madre.

Nati no tenia esta vez ninguna indicacion especial. Asi que le espero como iba ella habitualmente en casa, en bragas y camiseta. El cliente se quedo impresionado por su sensualidad y voluptuosidad. No le habian ensenado ninguna foto para que fuera una sorpresa.

- Hola, Nati, soy Jaime.

- Hola, Jaime, bienvenido. - Dijo sonriendole y dandole dos besos.

- Joder, que guapa eres, no me han exagerado.

Nati sonrio y Jaime se fijo en sus muslos torneados de piel morena y el culo que se adivinaba. Asi como el tamano de sus tetas bajo la camiseta.

- Ya tenia ganas de follar. Llevo mas de un ano divorciado y estoy seco desde entonces.

- Hoy disfrutaras. Has contratado el servicio completo. La norma es al contado y antes de empezar.

- Si, aqui tienes.

Nati extendio la mano y conto los seis billetes de 50 euros. Afirmo sonriendo.

- Muy bien. ¿Quieres tomar algo?

- No, gracias. Prefiero pasar a la faena.

Jaime era amigo de Luis Alberto y este llevaba un tiempo insistiendole en que se fuera de putas. Finalmente le habia ofrecido a Nati y habia aceptado despues de escuchar como se la trajinaban el y Felipe.

- Vas a ser el primer cliente de ella. - Le habia dicho.

Jaime se encenego en los labios de Nati, que movia su lengua con habilidad, mientras le metia mano en el culo bajo la braga y con la otra bajo la camiseta en las tetas. Nati se libro por fin y se quito la camiseta.

- Bua. - Exclamo Jaime.

- Espera a verme desnuda del todo.

Nati se quito el sujetador mostrando orgullosa sus tetas. Jaime se abalanzo sobre ellas despues de quedarse embobado por un momento mirandolas. Nati consiguio volver a zafarse y se quito las bragas.

- ¿Que dices ahora?

- Estas buenisima.

Nati se giro para que pudiera admirar su escultural cuerpo en su totalidad.

- Ahora te toca a ti. - Dijo riendose.

Nati tenia curiosidad por ver a que polla se enfrentaba. Jaime mostro mas claramente una incipiente barriga cervecera en su desnudez y una piel muy blanca. Su polla era de unos 15 centimetros.

- Empezaremos por la mamada. - Indico Nati.

Nati se sento al borde de la cama para estar mas comoda. Iba a procurar dominar ella la situacion y los tiempos. Jaime le acerco presuroso la polla y su cara mostro una gran sonrisa algo tonta al sentir la acogedora boca de Nati.

- Oooh, que gusto me das.

Nati siguio con la mamada de una manera rutinaria. Podia manejar esa polla con facilidad. Luego se ayudo de sus pechos para seguir dandole placer.

- Para, que no me quiero correr tan pronto.

- Puedes comerme el cono. - Le propuso

Jaime adopto un gesto dubitativo y no se esperaba aquello. Ese cono estaba ya entreabierto y parecia apetecible y jugoso.

- A ver que sabes hacer.

El hombre se esforzo y no lo hizo mal del todo. Nati no le dejo de sujetar la cabeza hasta que alcanzo el orgasmo y se corrio.

- ¿Te ha gustado el sabor de mi cono? - Pregunto risuena.

- Si.

- Ahora es el momento de penetrarlo, me has dejado muy caliente.

Aquello elevo la autoestima de Jaime y quiso disfrutar el momento de penetrar y follarse a una hembra semejante. Recordo por un momento a su ex mujer. Una mujer pequena y delgada, de poco pecho y culo respingon. No, nunca se habia follado a una mujer parecida a Nati. Sintio un escalofrio al poner su glande a la entrada del cono. La penetro lentamente disfrutando de cada centimetro.

- Ooooh, Nati, que gusto.

No paro hasta que sus huevos rozaron la vagina de Nati. La empezo a follar suavemente. Nati esperaba mayor impetu despues de la sequia, seria que no queria correrse. Poco despues se paro.

- Follame, Nati, quiero que lo haga una mujer como tu.

Nati se coloco solicita y empezo a cabalgarle. Haciendo botar sus tetas sabiendo el efecto que hacia en los hombres.

- El culo, he pagado por follar tu culo.

Nati no dijo nada y se giro, queria ser ella quien siguiera controlando la situacion. Con cuidado se metio toda la polla en el culo sin mucha dificultad. Y otra vez arriba y abajo. Jaime disfrutaba viendo entrar y salir de ese culo esplendoroso.

- Um, que bien lo estas haciendo, Nati.

Jaime la agarro de las caderas y le marcaba un poco el paso.

- Para.

Nati se paro con la polla insertada en su culo.

- Ponte a cuatro patas.

Aquella postura no le gustaba tanto pero se dispuso sin decir nada. Jaime le volvio a penetrar el cono asiendola con firmeza de las caderas. Tras unas embestidas cambio de agujero y se la metio por el otro que tenia a su disposicion. Nati aguantaba. A placer le iba cambiando de agujero.

- ¿Donde piensas correrte?

- En el cono. Te quiero llenar bien de mi semen.

Se la saco del culo y se la metio en el cono, derramando su esperma en la segunda embestida.

- Aaaah, aaaah, aaaaaah.

Jaime se resistia a sacar la polla de su acogedor sitio. Nati no decia nada, casi comprensiva.

- Trae tu polla, anda, se la limpio a los que me dejan satisfecha.

Jaime sonrio de orgullo y volvio a sentir la boca de Nati en su polla. Se vistio y agradecio a Nati sus servicios.

- Ha sido el mejor sexo de mi vida.

- Gracias, me alegra.

- Y los 300 euros mejor gastados tambien.

Alberto seguia dandole vueltas a como exponerle a su madre que le queria penetrar analmente. Debia ser cauto y persuasivo. Ultimamente se fijaba mas en el respingon y suave culito de su hermana Clara. Lo acariciaba, besaba y lamia, a veces acercandose mucho al ano. Lo que mas echaba en falta de no ver a Nati era encularla. Se masturbaba con las numerosas fotos y videos que hizo de sus humillaciones. Hasta habia pensado varias veces en volver a quedar con Maria, la puta que le habian hecho como regalo de cumpleanos sus amigos, y preguntarle si admitia el sexo anal.

Mientras tanto estaba en el cuarto de su hermana, ella desnuda de cintura para abajo y tumbada boca abajo en la cama.

- Que culo tan bonito tienes, hermanita.

Clara sonrio y siguio disfrutando de las atenciones de su hermano. Suaves caricias y besos. Siguio lamiendo la nalga en toda su longitud, lentamente.

- Um, que gusto me das. - Dijo con voz mimosa.

Le empezo a cercar el sonrosado y delicado ano con la lengua haciendo circulos en torno a el. Luego empezo a lamerle suavemente el ano. Clara reacciono con levisimos gemidos y respingos, lo que agrado a Alberto.

- Que cosas me haces, hermanito.

Le paso el dedo por la vulva, comprobando que estaba mojada, lo que le agrado igualmente. Le abrio ligeramente las piernas y recorrio con su lengua de la vulva al ano. Mientras Clara gemia suave y entrecortadamente. Finalmente le introdujo un dedo en el cono y se contuvo de hacer lo mismo en el culo. Clara gemia algo mas fuerte y finalmente se relajo de la tension con el orgasmo. Alberto recogio los flujos y la beso en los labios.

- Me toca a mi. - Dijo muy sonriente.

Se sento al borde de la cama sin vestirse y contemplo golosa el erecto pene de su hermano que le rozaba la nariz. Lo agarro con la mano para acariciarlo primero suavemente y luego con mas intensidad. Poco despues se lo introdujo en la boca donde hacia tiempo que lo manejaba con facilidad.

- Um, que boquita tienes.

Poco despues eyaculaba largamente directamente a la garganta de Clara con chorros disparados. Esta se la trago sin dificultad y con el gesto entre lascivo e inocente que tanto excitaba a Alberto.

Clara se quedo esa noche pensando en la nueva experiencia sexual que le habia dispensado su hermano. El placer que habia sentado mientras le lam Ir a pagina 2
24 Dec 2023Incesto en Navidad Reescrito, mas largo, mas morbo, mas cochinadas.

El polvo en el bano

Vanessa era enfermera, joven, morena, delgada, de poco mas de un metro sesenta de estatura, que tenia los labios sensuales, el cabello marron, las tetas medianas y un culo precioso y que se habia ido a vivir con su tio y con su prima luego de haber descubierto su madre que tenia una relacion incestuosa con su hermano.

Eran mas de las once de la manana. Victor, que era un culturista cuarenton, alto, moreno, al que le habia desaparecido la esposa en un crucero, y que tenia una joyeria, estaba en cama cuando su sobrina entro en la habitacion y se puso a barrer. Lo miro y le dijo:

-En este chalet, por mas que se barra, siempre hay que barrer.

-Ya te he dicho varias veces que debiamos contratar a una asistenta.

-No quiero que nadie haga lo que yo puedo hacer.

-Tu deberias volver a trabajar en el hospital.

-Tengo seis meses de excedencia, no me corre prisa.

Vanessa, que estaba descalza, llevaba puesto unas bragas blancas y un top marron de tiras que le quedaba flojo. Al agacharse para meter la escoba debajo del armario, se le marcaron en las bragas el gordo cono y el corte, giro la cabeza, vio que Victor la estaba mirando, y le pregunto:

-¿Que miras, tio?

-Nada.

Al rato, al agacharse para meter la escoba debajo de la cama, le enseno casi la totalidad de sus tetas. A Victor se le puso tiesa la polla, le salio por la abertura del calzoncillo e hizo una pequena piramide con la sabana. Vanessa vio la pequena piramide que hacia la ereccion y no pudo evitar reirse.

-Andas salido.

-Llevo un mes sin sexo, y viendo lo que estoy viendo, no es extrano que me excite.

Vanessa seguia riendo.

-Lo entenderia, si no fuese que te estas excitando conmigo.

Victor se incorporo.

-Mejor sera que me de una ducha fria.

-Espera que te preparo un bano, para relajarse es lo mejor.

Vanessa junto el polvo, lo arrimo a una pared y luego se fue a prepararle el bano a su tio. Poco despues lo llamo.

-!Ven que ya esta listo!

Victor, en pelotas y tapando la polla con las dos manos, entro en el cuarto de bano. La banera solo tenia unos cinco dedos de agua. Se metio dentro. Vanessa abrio el agua de la ducha, la dejo correr hasta que la noto en su punto y despues le dio la alcachofa, Victor, echo agua en la cabeza y luego le pregunto:

-¿Quieres echar champu en mi cabeza y lavarla?

-Si no quitas las manos del pajaro...

-No las quitare.

Le echo el champu en la cabeza y se la froto. Luego le cogio la alcachofa y le enjuago la cabeza.

-¿Me lavas ahora la espalda con la esponja y el gel?

Vanessa se rio.

-¿Y no quieres que te lave tambien el pajaro?

Le toco una teta y le pregunto:

-¿Lo harias?

Estate quieto.

Cogio la esponja, la mojo, le echo gel y le enjabono la espalda.

-Tienes una espalda muy ancha.

Victor, imagino que lo de barrer, lo de ensenarle las bragas y lo de ensenarle casi todas las tetas era porque su sobrina queria echar un polvo. Le echo la mano izquierda a su teta derecha y la mano derecha al cono.

-No sigas tocandome.

La siguio tocando.

-No sigas, tio.

Le bajo el asa derecha del top y vio una teta mediana con una areola rosada y un pezon gordito. Se la chupo. Vanessa no se aparto de el.

-No hagas eso, hombre, no seas malo.

Le bajo la otra asa y le mamo la otra teta, todo esto sin dejar de tocarle el cono. Despues le echo una mano a la nuca y le dio un beso con lengua. Vanessa atizo mas el fuego, al decir:

-Me estas calentando.

Le volvio a mamar las tetas.

-Eres un diablo.

-Desnudate y metete en la banera.

-No, una mujer decente no hace esas cosas. Voy a seguir lavandote.

Al enjabonarle el pecho vio que tenia la polla erecta. Era una buena verga. La cara risuena que habia tenido hasta ese momento, se volvio seria al ver aquella cosa descapullada.

-Es muy grande.

-Enjabonala.

-No puedo enjabonarla, si lo hago acabaremos follando.

-¿Y no es lo que quieres?

-No.

-¿Para que mientes? Tu tienes ganas de echar un polvo y yo tambien. Demosle una alegria al cuerpo.

-No debia, pero bueno, un dia es un dia.

Puso la alcachofa en su sitio. Cerro el agua, echo gel en las manos, se desnudo, se metio en la banera, se arrodillo delante de su tio y se le froto la polla con las dos manos.

-Si vamos a follar, hagamoslo bien, tio.

-Di, joder.

-¿Por que?

-Porque oirlo de una preciosidad como tu debe sonar mas obsceno.

-Si vamos a joder, jodamos bien, tio.

-Sabia que me iba a sonar osceno.

Vanessa le puso una teta en la boca y Victor se la mamo, luego le cogio la mano que habia estado tocando su cono y se la metio dentro de las bragas. El hombre se encontro con mas babas en el cono de las que se encontraria en un saco de caracoles.

-Tienes el cono en su punto para ser devorado.

Vanessa saco la lengua, se la metio en la boca a su tio y lo beso con lujuria. Victor le metio dos dedos dentro del cono y la masturbo mientras se comian las bocas. Al rato le dijo Vanessa:

-¿No decias que tenia el cono a punto para ser devorado?

-Si, me gustan los conos encharcados de babas.

Vanessa se levanto y le puso el cono en la boca.

-Haz que me corra.

Victor apreto su lengua contra el cono y se lo lamio de abajo a arriba cada vez mas aprisa. Segundos despues, Vanessa, le clavo las unas en la espalda y exclamo:

-!Me corro!

Se corrio entre fuertes gemidos y tremendas convulsiones.

Al terminar de correrse, le miro para la polla, la agarro y mirandolo a los ojos, comenzo a menearla.

-Ahora te voy a hacer correr yo a ti.

Victor no se queria correr con una paja, le dijo:

-Hazme una cubana.

Vanessa echo gel en las tetas, metio la polla entre ellas y apretandolas con las dos manos, lo masturbo.

-¿Te va?

-Me va.

Al rato le dijo:

-Ya estoy cachonda de nuevo, si aguantas un poco me vuelvo a correr.

-Aguanto lo que haga falta.

Se sento sobre su polla, la enterro en el cono, le rodeo el cuello con los brazos, y comiendole la boca, lo follo, moviendo el culo de delante hacia atras, de atras hacia delante, alrededor y dandole las tetas a mamar. Pasado un tiempo, Victor, le dijo:

-Si no paras me corro.

Vanessa sintio que le venia.

-No te corras, no te corras, no te corras, que me viene, que me viene. !Me vino!

Se corrio con la cabeza echada hacia atras, las tetas echadas hacia delante, con el cuerpo arqueado, y entre espasmos y gemidos.

Cuando paro el resuello, sin decir palabra, saco la polla del cono, la agarro por la base y lamio de abajo a arriba varias veces, para luego lamerle el glande, masturbarlo y mamarsela hasta que su boca se lleno con la leche de una tremenda corrida. Con la boca llena de leche, oyo una voz que preguntaba:

-!¿Donde andais?!

Era la voz de Macarena, la hija de Victor, que habia vuelto de una noche loca y que llegaba algo perjudicada. Victor le dijo a su sobrina:

-No hagas ruido, no vaya a ser que nos descubra.

Macarena, que venia con ganas de orinar, abrio la puerta del cuarto de bano y vio a Vanessa desnuda y echando la leche de la corrida en la palma de la mano, y a su padre, en pelotas dentro del bano. Les dijo:

-Mi padre y mi prima follando. !Lo que hay que ver!

Vanessa se quedo mirandola sin saber que decir. Victor, si supo.

-No el algo que te concierna. Cierra la puerta y vete.

Macarena entro en el cuarto de bano.

-Tengo que descargar.

Vanessa le dijo:

-Vete a hacer tus necesidades al aseo de arriba.

Se levanto el vestido, se bajo las bragas, se sento en la taza, y dijo:

-Este es mi chalet y cago donde me sale del culo.

Se oyo una bateria de pedos y despues un tufo apestoso a mierda inundo el cuarto de bano. Victor le dijo a su hija:

-!Estas podrida!

Salieron a toda mecha de alli, desnudos y tapando la nariz. Macarena, al verlos salir, hablo sola.

-Alguna se va a arrepentir de haber follado a mi padre antes e follarlo yo.

El escarmiento

Habian pasado dos dias. Vanessa desperto boca abajo sobre la cama esposada por la espalda, atada a la cama con unas cuerdas, que separaban sus piernas y sus brazos y con una mordaza en la boca. Lo ultimo que recordaba era estar tomando un cafe en la cocina. Macarena estaba de pie junto a la cama. Sobre la mesilla de noche habia puesto pinzas para los pezones, un consolador delgado de plastico ABS. Un arnes con una polla negra de latex. Un latigo. Un guante de puno y lubricante con base de agua, pero esto no lo podia ver Vanessa, que al girar la cabeza y ver a Macarena vestida con una camisa y un pantalon de color negro, dijo:

-!¿Ummmmm?! (!¿Que me has dado, desgraciada?!

-Has despertado, puta durmiente.

-!Ummmmmm! (!Puta tu, asquerosa!)

-Te voy a quitar las ganas de follar con mi padre.

Se metio en la cama y luego entre sus piernas, le abrio las nalgas con las dos manos y le dio un repaso al ojete con la lengua.

-Por como se te abre y cierra el ojete se ve que te gusto. ¿Creias que iba a hacer que te corrieras? !Craso error!

Echo lubricante en los dedos pulgares y le metio el izquierdo en el culo, luego le metio los dos y le follo el culo con ellos. Luego pillo el lubricante y el consolador, y despues de lubricarlo se lo enseno y le dijo:

-Comienza lo bueno.

-!Ummmmm! (!Me cago en tu sombra!)

La vacilo.

-No tienes mucha conversacion, zorra.

Le fue metiendo el consolador dentro del culo, consolador que entro como si fuera un supositorio XXXL.

-¿Te duele?

Vanessa no dijo ni mu. Macarena le follo el culo, un rato y despues se quito el pantalon y los zapatos, cogio el arnes, se lo puso, le lubrico la polla y luego se la clavo en el culo.

-!Grita, guarra!

Vanessa no le dio esa satisfaccion.

-Acabaras gritando.

Follandole el culo con violencia, le apreto el clitoris con dos dedos pulgar e indice de su mano derecha. Sintio los primeros gemidos de Vanessa. No se extrano, y no se extrano porque ella era masoquista, pero le pregunto:

-!¿Sigues gozando, cabrona?!

Cogio el latigo y le azoto la espalda y el culo, no con mucha fuerza, pero con la suficiente para que le doliera.

-Zassss, zassss, zassss, zassss...

Los gemidos de Vanessa se hicieron mas intensos. Macarena le dijo:

-Aun va a resultar que eres masoquista.

Dejo la punta de la polla dentro del culo y le siguio apretado el capuchon del clitoris.

-!Chilla, cono!

Vanessa comenzo a correrse, echo el culo hacia arriba, metio toda la polla dentro del culo. Se corrio entre tremendas convulsiones. Macarena, viendo como se corria, le dijo:

-Seras puta...

Macarena, luego de que se corriera su prima, se habia puesto de un cachondo subido, y se corria, o le daba algo.

-Esto que voy a hacer no entraba en mis planes, pero tengo que quitarme el calenton.

Se quito el arnes, puso a Vanessa boca arriba, le coloco el arnes con la polla. Se quito la blusa, subio encima de su prima y se metio la polla en el cono. Follandola, le dijo:

-!Follame, puta, follame!

Vanesa la miraba, veia como las gordas tetas de su prima subian y bajaban, veia su cara de salida y deseo poder morderle las tetas para causarle dolor, si, de pronto le entraron ganas de ser una sadica. Su cono se alboroto y comenzo a lubricar una cosa mala. Sintio como le bajaba la humedad por el ojete y como este volvio a latir. Macarena, poco despues, se corrio como una loba y acabo echada sobre su prima.

-!Que corrida mas rica!

-!Ummmm! (!Puta asquerosa!)

Cuando se recupero, se incorporo, y le dijo:

-Se acabo mi momento de debilidad. Toca sufrir, buscona.

Cogio las pinzas, se las puso en los pezones de las tetas y tiro de la cadena que las unia.

!Chilla, o te arranco los pezones!

Ni un sonido salio de la boca de Vanessa.

-Eres bien dura, petarda, vas a acabar gustandome.

Fue bajando hasta poner su boca en el cono de su prima, lo olio y le dijo:

-Hueles a lujuria.

Le enterro la lengua en el cono, y luego se la saco y se la metio la tira de veces. Cuando vio que se iba a correr, paro de lamer, y le dijo:

-¿Te pensabas que me gustabas, ramera?

Macarena cogio el guante de puno y lo lubrico bien lubricado. Vanessa la miro con los ojos desorbitados y le dijo:

!¿Ummmm?! (!¿Que me va a hacer?!)

Macarena, con cara de sadica, y sin saber que le habia preguntado, le espeto:

-Te voy a dejar el cono como el crater de un volcan.

-!Ummmmm! (!Nooooo!)

Froto el guante de puno en el cono. No tardo en dilatarse la vagina y dejar que entrara un poco el puno, luego entro otro poco, y al final entro entero. Le habia dolido, y mucho, pero nada comparado a cuando se deslizo por el conducto vaginal, fue como si la desgarraran por dentro, como si le estuviera mordiendo las entranas un animal... Fue una animalada. Le quito la mordaza.

-!Quiero oirte gritar!

A Vanessa le caian unos tremendos lagrimones, pero no chillo. Macarena, sonreia viendo las lagrimas y la cara descompuesta de su prima, se metio tres dedos dentro del cono y se comenzo a masturbar. Al rato, Macarena, se corria como una perra.

Tiempo despues, el puno y el brazo follaban el cono como si fueran la polla de un caballo. Vanessa gozaba como una perra. Macarena oyendo como gemia, le dijo:

-Nunca pense que te acabaria gustando.

Macarena la siguio follando con el puno y el brazo y le acabo dando el mejor orgasmo de su vida, un orgasmo largo, potente y demoledor, demoledor porque le hizo perder el conocimiento.

Cuando desperto estaba libre de sus ataduras. Macarena, sentada en la silla del tocador, y vestida, le pregunto:

-¿Y ahora que me vas a hacer?

Con cara de pocas amigas, le respondio:

-Vengarme.

!Ay que miedo! ¿Y cuando sera eso?

-Cuando menos te lo esperes, perra.

La venganza

Pasaba de la media noche cuando Vanessa le abrio la puerta del chalet a su hermano Jose, un joven alto y fuerte, pero no muy agraciado facialmente, o sea, que era feo. Le metio un beso a tornillo y despues le puso una mascara de goma, luego, en bajo, le dijo:

-Hazle todo lo que quieras.

-¿El tio sigue de fiesta?

-Si no no estuviera de fiesta no te hubiera llamado.

Jose, con su mascara de payaso, fue detras de su hermana hasta la puerta de la habitacion de Macarena.

-Ahi duerme.

Vanessa se quedo en el pasillo. Iba a poner la oreja. Jose, que llevaba una bolsa de deportes en la mano, abrio la puerta, entro en la habitacion y fue hasta la cama.

Macarena estaba boca arriba sobre la cama y vestida con una combinacion de seda de color blanco.

Jose encendio la luz de la lampara de la mesilla de noche y le tapo boca con una mano. Macarena desperto y abrio los ojos. El susto fue de los que no se olvidan. Jose, cambiando la voz, le dijo:

-Si te portas bien y no gritas, te hago sufrir, te follo y me voy. Si no te portas bien y gritas, te estrangulo, te follo y me voy.

Le quito la mano de la boca. Macarena lo miro con miedo, pero no grito.

-Asi me gusta. Puedes hacer una pregunta, una sola.

Se la hizo.

-¿Por que yo?

-Porque te tengo ganas desde que empece a hacer pajas, por eso, y no vuelvas a hablar, si no te pregunto.

Abrio la bolsa de deporte y quito cuatro cuerdas, con ellas le hizo cuatro nudos esposas y luego las ato a los cuatro pies de la cama. Despues quito una botella de aceite de masajes con sabor a coco y derramo aceite en sus tetas hasta que se pego el camison a ellas y dejo ver los pezones y las areolas de sus bellas tetas.

-Tienes unas tetas cojonudas.

Le paso las yemas de los dedos medios de las manos sobre los pezones. Macarena mirando como jugaba con ellos quiso cerrar las piernas para apretar su cono con ellas, pero se las habia separado antes de atarla y fue imposible. Le pellizco los pezones, varias veces. Macarena se estaba mojando a pesar de que al mirarle a la cara a su violador veia a un payaso con cara de sadico. Despues, Jose, le amaso las tetas, lento, aprisa, acariciando, palpando... Asi estuvo unos cinco minutos, en los que Macarena levantaba la pelvis para que su clitoris se rozara con algo, y con lo unico que se rozo fue con la combinacion, obvio que eso no le llegaba, pero no podia evitar levantar y bajar la pelvis y de cuando en vez, retorcerse. Jose, al ver lo cachonda que la habia puesto, le pregunto:

-¿Quieres que te coma el cono?

No pudo negarse.

-Si.

La vacilo.

-No te he oido.

-Que si, que quiero que me comas el cono.

-No se oye nada.

Jose le echo la mano al aceite, le levanto la combinacion y derramo aceite sobre sus bragas de seda blanca hasta que se quedaron pegadas al cono.

-¿Quieres que te masturbe?

-Si.

De nuevo se mofo de ella.

-No te he oido.

Macarena se enfado, pues no le gustaba que la vacilaran.

-!O juegas limpio o dejo de colaborar!

-Lo veo justo.

Le subio la combinacion, aparto las bragas para un lado y le dejo caer aceite en el clitoris desde una altura de mas de un metro. Macarena, levantando y bajando la pelvis, comenzo a gemir.

-Sueltame una mano que quiero correrme.

Jose le solto la mano derecha, y le dijo:

-Tienes veinte segundos para correrte.

Macarena le echo la mano a la nuca y le llevo la boca al cono. Jose saco la lengua, la muchacha froto el cono contra ella y e corrio como una perra.

Al acabar de correrse le bajo las asas de la combinacion. Tenia los pezones de punta y mas duros que las astas de un toro. Se desnudo, luego le froto la cabeza de la polla en los pezones y las areolas y poco despues se corrio sobre su pezones y sobre sus areolas. Macarena, con los pezones y las areolas cubiertas de leche le dijo:

-Ahora limpialas.

-¿Con que?

-Con la lengua me las deberias limpiar.

Macarena lo habia dicho de aquella manera, pero Jose se lo tomo al pie de la letra. Lamio la leche de la teta izquierda y luego con la lengua pringada de leche quiso besar a Macarena. La muchacha le hizo la cobra.

-Asqueroso.

Despues lamio la leche de la teta derecha y de nuevo quiso besarla, esta vez, a Macarena ya no le parecio asqueroso el beso, le metio la lengua en la boca, se besaron y se tragaron la leche.

Al terminar de besarse le dijo Jose:

-Ahora me la vas a chupar y a poner dura.

Macarena le dio de su propia medicina.

-No he oido nada.

-Habias pedido juego limpio.

-¿Juego limpio? ¿Con alguien que lleva una mascara de payaso y que me esta violando?

Le cayeron dos bofetadas, de banda a banda.

-!Paffff, paffff!

-!Chupa, guarra!

Abrio a boca, la polla morcillona le entro en ella y Macarena le clavo los dientes. Jose, acojonado, le dijo:

-No, no, no...

Le echo la mano a la careta y se la quito.

-Mira quien era, era el adefesio.

Al hablar habia podido quitar la polla de la boca y respiro aliviado.

-Joder, pense que me quedaba sin polla. !Esta me la pagas, canibal!

Le ato la mano. Se arrodillo entre sus piernas, la levanto cogiendola por la cintura y le la clavo la polla tiesa en el cono.

-!Toma, perra!

Macarena, con la polla enterrada en su cono, y subiendo y bajando el culo, le dijo:

-La perra... -le miro a los ojos. !Mira que eres feo, cono, pon esa horrorosa mascara de payaso, hombre, pon esa horrorosa mascara que a ti te favorece.

Lo habia dicho para enfadarlo y que reaccionase con violencia y lo consiguio. Jose quito la polla del cono de su prima y se la clavo en el culo.

-!Ay, cabron! Me acabas de romper el culo.

No se lo habia roto, pero pensando que lo habia hecho, saco la lengua, la mordio y le dio a mazo. Macarena le dijo:

-Asi, con la lengua fuera, con ojos de loco y con cara de velocidad, haces guapo a Igor, el jorobado de el jovencito Frankenstein.

Jose se puso furioso.

-!Tu a mi no me vacilas mas, guarra!

Le dio lena para parar un tren, bueno, hasta que se acabo la lena y la locomotora descarrilo dentro del cono. Macarena, sintiendo como le llenaba el culo de leche, le dijo:

Sueltame una mano para tocarme.

-No se oye nada.

El puno de Vanessa

Vanessa entro en la habitacion. Macarena, al verla, le dijo:

-Debi imaginar que estabas detras de esto.

-Te dije que me iba a vengar.

-!La madre que te pario! Has hecho que me violara tu hermano.

-Tu me violaste a mi.

-Vale, estamos a la par. Dile que me suelte.

-De eso nada. ¿Recuerdas como acabo tu escarmiento?

-¿No iras a...?

-Si, voy a follarte con el puno y con el brazo, pero antes me voy a correr.

Vanessa se desnudo, se metio en cama, empujo por su hermano, luego lo monto, le cogio la polla y la froto en el cono. Macarena le dijo:

-!Manda huevos! Ver para creer, la puta se folla a su hermano.

Vanessa se enojo.

-!A que te doy de hostias!

-Atada de pies y manos, bien podrias.

Jose le dijo:

-Sigue con lo que estabas.

Siguio frotando a la polla en el cono, y al rato, sin llegar a ponerla dura, se corrio. Al correrse sobre la polla, esta se puso tiesa. Mientras se corria, Jose se la metio, y despues de correrse, le dio a mazo hasta que se volvio a correr.

Macarena habia visto lo que hacian y esperaba su turno con el cono como una sopa.

Al acabar de follar, Vanessa, le dijo a su hermano:

-Sueltala, yo no soy tan cabrona como ella.

Macarena queria lo suyo, por eso le dijo:

-Tu lo que eres es una una apocada de mierda.

El insulto logro el efecto que buscaba.

-!¿Que me has llamado?!

-Mojigata de mierda.

Se dio cuenta de que su prima queria que la follara con el puno y con el brazo.

-!Punetera enferma!

Echo aceite en la palma de una mano, froto las manos, junto los cinco dedos y empezo a meterselos en el cono.

-¿Te gusta?

Macarena se quito la careta.

-Me va a gustar mas cuando el puno este dentro de mi cono.

Ya entraban y salian los cinco dedos y se movian alrededor para ir dilatando el cono, cuando Macarena le dijo a Jose:

-Aprietame los pezones, pegame en las tetas y dame la polla a mamar.

Le apreto los pezones y le dio palmadas en las tetas, pero la polla no se la dio a mamar, no fuese que quedara sin ella.

Poco despues, Vanessa, le metio el puno dentro de la vagina. Macarena le dijo:

-Sigue, sigue hasta el fondo.

Le metio el puno hasta el fondo. A Macarena le dolio, pero poco despues ya gozaba sintiendo el puno y parte del brazo entrando y saliendo de su cono. Suplico:

-!Un beso con lengua, que alguien me de un beso con lengua!

La besaron con lengua los dos y se besaron con lengua entre ellos. Luego, Jose, le metio la polla en la boca a su hermana. Vanessa se la mamo mientras se masturbaba y le follaba el cono a su prima.

Pasado un tiempo, Jose, se corrio como un lobo en la boca de su hermana, Macarena, casi se muere de gusto al correrse en el puno de Vanessa, y Vanessa se corrio como una gatita, apretando la mano con sus muslos.

Al acabar la desataron y siguieron follando un par de horas mas.

Fue una noche de cochinadas y de lujuria.

La noche de Reyes

La noche de Reyes, Macarena y su padre estaban solos en casa. Vanessa se habia ido porque su madre habia pillado una pulmonia y mando llamar a su hija para que atendiera la casa.

Se oia un villancico en la sala, villancico que cantaban en la television. Macaren, en bata de andar por casa roja, larga hasta los pies, preparo dos whiskies on de rocks, uno para su padre y otro para ella. Se lo llevo al sofa, se lo dio, se sento en el brazo del sofa, echo un trago, poso el vaso, en la mesa camilla, le rodeo el cuello con los brazos, y con cara de coqueta, le pregunto:

-¿Tendre todo lo que le pedi a los Reyes Magos?

Victor, que llevaba puesto un un batin azul, le quito los brazos de su cuello y le dijo:

-Sientate en otro sofa, que te veo venir.

Se sento enfrente de el, y poniendo morritos, le dijo:

-No me has respondido.

-¿Tu que crees?

-Que hace poco que he cumplido la mayoria de edad y ya tienes excusa.

-No necesito ninguna excusa. Soy tu padre y lo que me has propuesto es indecente.

Victor removio los cubitos de hielo con el dedo, lo chupo y luego se mando un buen trago. Macarena le pregunto:

-Eso que has hecho con el dedo me ha excitado.

-¿Por que te ha excitado?

-Porque imagine que me metias un dedo en el sexo mojado y que luego lo chupabas.

Victor no se escandalizo.

-Sigues erre que erre.

-Es que se que tarde o temprano conseguire lo que busco.

-Lo que vas a conseguir es que me canse y que te zurre.

-A Vanessa le diste polla.

Victor se lo tomo con calma.

-Vanessa no es mi hija.

-Pero es tu sobrina, la hija de tu hermana.

-No es lo mismo.

-No te hagas el puritano que es de tu misma sangre.

-Eres igualita a tu madre cuando tenia tu edad...

No le dio tiempo a que acabara la frase.

-He visto fotos, y no estoy de acuerdo, yo estoy mas cachonda que ella.

-Te decia que eras igual a ella en lo machacona, y no, no estas mas cachonda que ella, tu madre era unica, tu eres una copia de ella.

-Me han dicho muchas cosas desagradables, pero que soy una copia, nunca me lo habian dicho.

-Si no quieres oir, no te metas en camisas de once varas.

Macarena bebio su whisky, se puso en pie y se dispuso a salir de la sala. Victor le dijo:

-Que duermas bien. A pesar de tu comportamiento, manana tendras los regalos, pero solo los regalos.

-Falta menos de una hora para la media noche.

-Los tendras manana por la manana, estaran junto al arbol de Navidad..

A las doce y un minuto, Macarena, abrio la puerta de la habitacion de su padre y encendio la luz. Victor vio a su hija con los brazos en aspa y las manos en el marco de la puerta.

-Vengo a por lo mio.

Victor se sento en la cama.

-Pareces una perdida.

Macarena llevaba puesta una lenceria blanca con encaje en las bragas, en el sujetador y en el liguero que sujetaba unas medias blancas,y calzaba unas zapatillas con diseno de conejo, de peluche y de piso blanco, de goma.

-La perdida quiere que la desnudes y que la vistas con los regalos como le habia pedido a los Reyes Magos .

-Tu no eres mi hija, eres una puta.

Macarena fue junto a la cama, se quito una zapatilla levanto la mano, y le dijo a su padre:

-!Si me vuelves a llamar puta, te pongo la cara como un mapa de carreteras!

Victor se levanto de la cama, le agarro a zapatilla, se la quito, se sento en el borde de la cama, la puso en sus rodillas y le dio con ganas.

-!!Plasssss, plasssss! -Puta, puta, puta- !Plasssss, plassss, plasssss, plasssss!

Macarena estaba en su salsa.

-Acabas de hacer que me moje.

-!!!Passsss, plassss, plasssss, plasssss, plassss, plasssss, plasssss!!!

-Que debil eres.

-!!Plasssss, plassss, plassss, plassss!!

-!Sigue, flojo, sigue!

Victor estaba viendo el culo de su hija en carne viva. Sudando como un cerdo, se pregunto como seria posible que no le doliera. La puso en pie y le dijo:

-Tienes que ir a un psiquiatra, Macarena, lo tuyo no es normal.

-Lo que voy es ir a un medico para que vea como me has dejado el culo.

-¿Me estas amenazando?

-Estoy, si no cumples mis deseos ahora mismo te acaban poniendo el culo fino en la carcel.

-Eres...

-Soy la que te va a joder, de un modo, o del otro.

Victor entrego la cuchara.

-Tu ganas.

Abrio el cajon de la mesilla de noche y saco varias cajitas, Abrio una y le puso a su hija en el cuello una gargantilla de oro con lagrimas colgando.

-Por esta preciosidad te mereces un beso.

-No quiero un beso tuyo.

Macarena saco el genio.

-!Tu vas a querer lo que me salga del cono!

Le echo las manos al cuello y le dio un beso con lengua que le puso la polla morcillona.

Abrio la segunda cajita y le dio unos pendientes de oro y de aro grande. Macarena se los puso.

-Esta maravilla de pendientes se merecen que veas mis tetas.

Se quito el sujetador y dejo que su padre le viera las tetas.

Abrio la tercera caja y saco un solitario con un pequeno rubi y se lo dio. Macarena se lo puso.

-Esta locura de anillo merece que te deje que me toque las tetas.

Se las toco y las encontro duras. Luego saco dos cajas, en una habia un reloj de oro y en la otra una pulsera hecha del mismo material. Macarena se puso el reloj y Victor le puso la pulsera.

-Estos impagables regalos merecen que te deje magrear y comer mis tetas.

Se las magreo y se las comio, de aquella manera. Luego quito la penultima cajita, saco de ella una gran cadena de oro y se la puso alrededor de la cintura.

-Esta bella cadena merece que te ensene el cono.

Se quito el liguero, las medias y las bragas y le enseno su cono rasurado.

Victor pillo la ultima cajita y saco de ella dos pulseras de oro para poner encima de los tobillos.

-Estas preciosidades merecen que te deje lamer mi cono.

Le lamio el cono sin ganas y malamente.

-Pareces un papanatas comiendo su primer cono. Asi no me va. Ponte de rodillas.

Victor se puso de rodillas. Macarena se arrodillo dandole el culo y le cogio la polla, la puso en la entrada del cono y metio el glande, luego, moviendo el culo alrededor, fue metiendo la polla como si fuese un tornillo. Con la polla metida hasta la trancas, movio el culo hacia abajo y hacia arriba, lo movio a toda pastilla para que su padre se corriera, pero Victor, con los brazos pegados al cuerpo, parecia una estatua de marmol. Poco despues, Macarena, echando por fuera y lo digo literalmente, pues su cono salpicaba al ir de abajo a arriba y de arriba a abajo, le dijo:

-Si no te quieres correr tu, me correre yo.

Saco la polla del cono, la froto en el ojete y despues fue echando el culo hacia atras y la polla fue entrando, despacito. Al tenerla toda dentro, le dijo:

-Nalgueame con fuerza.

Le dio para hacerle dano, para escarmentarla

-!!Paffff, paffff, paffff, pafff...!!

El dolor y el placer la llevo al orgasmo.

-!Me corro, papa, me corro!

Al terminar de gozar, quito la polla del culo y le pregunto:

-¿Te follaba asi mi madre?

-Tu madre no era una pervertida.

-No me extrana, no sabes ni comer un cono, que ibas a pervertir tu.

-Claro que se, si no fueras mi hija...

-Ya has follado con tu hija, pedazo de mula, y tenias tantas ganas de follar conmigo de las que tenia yo de follar contigo.

-Deliras.

-Delirar, delirabas tu hace tres meses.

-¿Que paso hace tres meses?

-Que te vi haciendo una paja en tu cama y pronunciando mi nombre.

-Ahora se porque llevas tres meses queriendo consumar conmigo. No me acuerdo de eso, pero si es verda lo que dices, no eras tu en quien pensaba.

Macarena no se creyo la explicacion de su padre.

-¿Por que no dejas de hacerte el padre responsable me comes el cono, como es debido, y luego me echas un buen polvo?

-Eres muy mala.

Macarena estaba buena, y lo sabia.

-Y estoy muy buena.

Se puso boca arriba, flexiono las rodillas, se abrio de piernas y le dijo:

-Dame un orgasmo oral.

-Me voy a arrepentir de esto toda la vida, pero si no te como el cono aun me arrepentire mas.

Victor se metio entre sus piernas, le metio dos dedos dentro del cono, y luego, masturbandola, le lamio el clitoris. Macarena movio la pelvis hacia todos los lados y poco despues se corria en la lengua de su padre.

Al acabar de correrse, y aun tirando del aliento, Victor, le saco los dedos del cono y se los puso en los labios.

-¿Ya los has probado?

-Cada vez que me masturbo.

-Eres una guarra.

-Y la mamo mejor que cualquiera de las mujeres con que has estado.

-Eso me gustaria comprobarlo.

Macarena le agarro la polla.

-Huele raro.

-La acabas de quitar de tu culo, debias limpiarla.

-Ni por ir a por agua.

Le bajo el prepucio, y le lamio el meato, meato del que empezo a salir aguadilla. Lamiendole la corona salio mas aguadilla. Despues le lamiendole el glande, le acaricio. le lamio y le chupo las pelotas.

-Ponte cuatro patas.

Se puso a cuatro patas, le agarro la polla, tiro para atras, le estrangulo cabeza y le mamo y le chupo los huevos.

-Tienes unos huevos que da gusto comerlos.

-Y una polla ahorcada.

-No, por mucho tiempo.

Le clavo la lengua en el ojete y lo masturbo. Victor comenzo a gemir.

-Te voy a ordenar como si fueras una vaca.

Lo ordeno tirando de la polla, echandola hacia atras y mamandole el glande... No tuvo que ordenarlo mucho tiempo para que le llenara la boca de leche, leche que se trago.

Luego de haber gozado, estando los dos con la espalda apoyada en la cabecera de la cama y fumando un cigarrillo, le dijo Victor:

-¿Me dejas quitarte una foto?

Macarena le echo una calada al cigarrillo.

-¿Para que quieres quitarme una foto?

-¿Para que crees que puede ser?

-No te hace falta una foto, me tienes a mi.

Victor echo la ceniza del cigarrillo en el cenicero que tenia en su mano derecha.

-Tu te echaras novio, y yo volvere a mis noches solitarias.

-Te sobraran mujeres y yo, de momento, no me voy a echar novio.

-Tu lo has dicho, de momento. Deja que te haga esa foto.

-Para que te hagas una paja, hay algo mejor. Pilla la camara de video en el armario.

-¿Que vamos a hacer?

-Tu, grabar, yo, me voy a masturbar.

Victor apago el cigarrillo y fue a por la camara de video, Macarena, apago el suyo y se puso en la misma posicion que se habia puesto cuando le pidio que le comiera el cono. Al encender su padre la camara de video, Macarena, le dijo:

-¿Listo?

-Si.

Ladeo la cabeza, miro a su padre con cara de nina traviesa, se echo las manos a las tetas y las magreo lentamente. Despues cogio los pezones con los dedos pulgares e indices de cada mano, y tiro de ellos un ratito, luego magreo la teta la izquierda con la mano izquierda, y con cuatro dedos de la mano derecha hizo movimientos circulares sobre el cono. Vio como la polla de su padre cogia mas cuerpo y sonrio. Magreando la teta, se metio los dedos medio y anular dentro de cono y se dio cera. Poco despues viendo la polla de su padre oscilar de abajo arriba y de arriba a abajo, saco los dedos del cono, mojo con los jugos ambos pezones y los acaricio con las yemas de los dedos. Despues se abrio totalmente de piernas, levanto las rodillas y volvio a magrear la teta izquierda y a darse cana. Dandose cana, le pregunto:

-¿Habias visto algo asi, papa?

-Si, en mis fantasias contigo.

-Cochino.

Cerro los ojos y comenzo a gemir en bajito. Tres o cuatro minutos mas tarde abrio los ojos y vio la polla de su padre, la tenia tiesa y apuntando a su cono. Volvio a cerrar los ojos, se masturbo con mas intensidad y sus gemidos subieron de tono. Ya no magreaba la teta izquierda, ahora se apretaba los pezones con los dedos. Su pelvis se comenzo a mover hacia arriba, y le dijo:

-¿Listo para grabar el el momento estelar?

-Listo.

La pelvis se movio sin control, sus gemidos se hicieron escandalosos, y luego exclamo:

-!Me corro para ti, papa!

Victor, grabando como se corria, se moria por follar a su hija, pero se contuvo.

Al acabar de correrse, Macarena, se puso a cuatro patas, metio una mano entre las piernas, dos dedos dentro del cono y se volvio a masturbar. No habia transcurrido ni un par de minutos cuando le dijo:

-Metemela en el culo, papa.

Victor apago la camara de video. La puso sobre un mueble, subio a la cama, se puso detras de su hija, le metio la lengua en el culo unas veinte veces, y luego le clavo la polla en el culo, despacio, pero toda de un tiron. Con toda la polla enterrada en el culo, Macarena, le dijo:

-Dame duro.

Le echo la mano izquierda al cabello, se lo jalo y le dio a mazo. Poco tardo Macarena en decir.

-!Me corro!

Le apreto la garganta y la dejo sin respiracion mientras se corria.

Se corrio mirando al techo, con los ojos chuecos y entre gemidos y convulsiones.

Luego de correrse, la coloco boca arriba y despues la puso sobre el. Le metio la polla y le dio despacito para no correrse. Al principio, Macarena, no daba ni tenia, bueno, si, daba, le daba la boca para que se la comiera, y pasado un tiempo, !joder si tenia! Tenia cono para dar y regalar. Le puso las manos en el pecho a su padre y le dio al culo a mil por hora, o sea, que el culo iba de atras hacia delante y de delante hacia atras en decimas de segundo. Las tetas tenian vida propia, iban de arriba a abajo y de abajo a arriba como van las orejas de un cocker spaniel en plena carrera.

Macarena miraba a su padre a los ojos para ver como le iba cambiando la cara, pero, sin querer, la cara le fue cambiando a ella. El ceno se le fruncio y los ojos se le entornaron. Antes de empezar a correrse, le dijo:

-!Damela, damela, damela ahora, damela, papa!

Victor comenzo a correrse. El primer chorro de leche le entro en el cono, el segundo se fue al aire, y se fue porque Macarena habia quitado la polla del cono y se lo habia puesto en la boca, Victor, descargando, le aplasto la lengua contra el cono encharcado. Macarena movio su culo alrededor y le dio en la boca una deliciosa corrida.

Tocaba descansar, fumar un cigarrillo e ir a por un par de whiskies. Luego seguirian celebrando el dia de Reyes, lo celebraron hasta que sono el telefono de la casa. Era una llamada de la embajada espanola en Panama. La madre de Macarena y esposa de Victor habria sido encontrado en una isla del archipielago de las Perlas. Era un buen regalo de Reyes para Victor y para Macarena, bueno, para uno mejor que para la otra.

Quique.
31 Jan 2024Hago desaparecer la ropa de mi tia Pese a que su hermano mayor esta en contra, Hugo quiere ser mago. Encontrara el inesperado apoyo de Carolina, su joven y atractiva tia.

Siguiendo los consejos de esos que dicen que siempre tienes que ser tu mismo, decidi apostar por mi gran pasion, aunque me auguraran un futuro incierto. Casi nadie en mi familia estaba de acuerdo con el camino que habia elegido, hasta que obtuve el apoyo menos esperado. Eso cambio mi vida como por arte de magia.

Aunque nunca me falto de nada, recuerdo mi infancia como una etapa muy triste. Me esforzaba a diario para ser el hijo perfecto y que mis padres mostraran hacia mi la misma devocion que sentian por Loren, mi hermano mayor. El era un zoquete, no aprobaba un examen ni aunque le fuese la vida en ello, pero tenia un simple don que lo hacia perfecto a sus ojos: jugaba muy bien a futbol.

Por increible que parezca, a mis padres les parecia mas interesante el talento de Loren con la pelota que el mio con los libros. Les daba igual las notas que yo sacara o que con cinco anos ya demostrara ser mucho mas inteligente que el, para ellos solo existia mi hermano porque, como ellos decian, era el que podia sacarlos de pobres.

Lo mas sencillo para mi hubiese sido seguirles el rollo y unirme a las constantes alabanzas hacia mi hermano, de hecho, al principio era asi, hasta que comenzo a comportarse como uno verdadero tirano conmigo. Loren sabia que era el protegido de mis padres y no dudaba en sacar partido de ello, sin importarle lo mas minimo lo que yo pudiera sufrir.

- Traeme agua, enano.

- No soy tu sirviente.

- Tengo que estar descansado para el partido de manana.

- Juegas el equipo del cole y te comportas como una estrella.

- Van a venir a verme los ojeadores de un equipo muy importante.

- ¿Y el requisito para ficharte es que no hagas ni el huevo en casa?

- No, es tener un hermano mariquita, asi que estoy de suerte.

- Eres un cerdo.

- El agua, Hugo, no te lo digo mas.

Ese tipo de advertencias solian ir acompanados de una colleja o a veces incluso algo peor, pero mis padres siempre le restaban importancia. Al dia siguiente jugo el partido y la verdad es que se salio, consiguiendo que lo ficharan para la cantera de ese gran equipo. Si hasta ese momento mi situacion en casa habia sido un infierno, se preveia que se convirtiese en algo bastante peor.

Estabamos ya en la adolescencia cuando mi calvario alcanzo su punto mas algido. Loren estaba totalmente descontrolado, su buen rendimiento en el campo lo hacia creerse intocable y trataba con desprecio incluso a nuestros padres, aunque a ellos les daba igual. Lo de besar el suelo por el que pisaba mi hermano parecia una epidemia que alcanzaba a todos los miembros de la familia... menos uno.

Mi tia Carolina, hermana pequena de mi madre, era la unica que parecia darse cuenta de lo mucho que yo sufria a causa de esa diferencia de trato. A ella no le gustaba nada el futbol, asi que Loren no la podia impresionar con sus habilidades y su presunto futuro dorado en ese deporte. Preferia pasar tiempo conmigo, hasta que se tuvo que marchar.

- ¿Como ha ido la semana, Huguito?

- No me llames asi, tia, que ya tengo trece anos.

- Perdone usted, don Hugo.

- Ha ido bien, pero porque Loren esta en un torneo no se donde.

- Aprovecha esa tranquilidad.

- Ya podria irse para siempre.

- Ahora que dices eso...

- ¿Que pasa?

- Dentro de un par de semanas me voy a mudar.

- Supongo que al fin te vas a vivir con tu novio.

- Si, el problema es que nos vamos un poquito lejos.

- ¿Como de lejos?

- A otro pais.

- No puedes hacerme esto, eres la unica que me entiende.

- Le han ofrecido un trabajo que no puede rechazar.

- Pues que se vaya el.

- Esa era la idea, pero es que aqui no tengo nada, quizas alli encuentre trabajo.

- Que asco de vida.

Con mi tia se fue lo unico bueno que me quedaba en la familia. Sabia que a partir de aquel momento ya no tendria en quien refugiarme cuando Loren volviera a hacer de la suyas. Nunca me habia gustado un novio que tenia, asi que se me hizo muy sencillo odiarlo por habersela llevado tan lejos. Aunque mi madre, que tampoco tenia demasiada buena relacion con ella, decia que no iba a tardar en volver.

Pero los anos fueron pasando y la tia Carolina no volvia, ni siquiera por Navidades. Todo lo que sabia de ella era por las redes sociales, ya que al principio me llamaba a menudo, pero luego dejo de hacerlo. Al final no me quedo mas remedio que acostumbrarme a su ausencia, a pesar de que la situacion en casa seguia sin mejorar.

Las esperanzas de Loren en tener una gran carrera en el futbol se habian truncado por culpa de su mala cabeza. En cuanto descubrio el mundo de la noche y comenzo a salir con chicas, su vida se hizo incompatible con la de un deportista de elite. A mi no me importaba nada que se le hubiese escapado la oportunidad de ganar grandes cantidades de dinero, solo pensaba en que aquello podria cambiar su actitud y volverlo mas humilde.

Como era de esperar, aquello no ocurrio. No tenia lo suficiente para ser futbolista de primer nivel, pero si para que lo fichara un equipo de tercera o cuarta division. El sueldo que le pagaban era mas bien justo, pero, teniendo en cuenta que no tenia ningun tipo de estudio, no le quedaba mas remedio que aferrarse a esa posibilidad.

A mis padres les dio igual que ya no tuviera ninguna opcion de triunfar en el futbol, para ellos seguia siendo su ojito derecho mientras que yo me mantenia como si fuese invisible. Aunque ya estaba acostumbrado, tenia la esperanza de que se fijasen en mi en una etapa tan importante de mi vida, pero solo recibi esa atencion para mal.

- Hugo, ¿ya has decidido que carrera quieres estudiar?

- Si, mama, quiero ser enfermero.

- Supongo que habras querido decir medico.

- No, no quiero pasarme tantos anos estudiando.

- ¿Desde cuando te has vuelto tan vago?

- ¿Vago yo?

- Quieres hacer una carrera menor por no estar mas anos en la universidad.

- Creo que como enfermero podre ayudar a mucha mas gente.

- No se trata de ayudar, sino de ganar mas dinero.

- ¿No os iba a sacar de pobres el futbolista?

- Tu hermano ha tenido muy mala suerte con las lesiones.

- Si, concretamente con el golpe que debio darse en la cabeza al nacer.

- Eres muy cruel con el.

- Lleva anos maltratandome con vuestro consentimiento.

- A ver si superas ya esos celos que le tienes.

Estaba tan acostumbrado a esos desprecios que ya ni siquiera me molestaban. Solo tenia que enfocarme en acabar el instituto para asegurarme la mejor nota de cara a la universidad y en cuanto fuese posible me largaria de esa casa. Sabia que no iba a ser algo inmediato, que si me enfocaba en los estudios todavia tardaria en ganar dinero, pero no tenia otra opcion.

Loren pensaba lo contrario, pero a mi siempre me habian gustado las chicas. El problema era que todo lo vivido en mi casa me habia creado una inseguridad enorme y nunca me atrevia a acercarme a ellas. Justo por ese motivo estaba a punto de llegar a la mayoria de edad sin ni siquiera haber conseguido besar a una.

Los estudios me absorbian tanto tiempo que no le daba demasiada importancia al asunto de las chicas, hasta que veia como mi hermano las traia a casa, cada semana una nueva. Aprovechaba cuando nuestros padres se ausentaban para subirlas, y yo desde mi habitacion tenia que escuchar los gemidos mientras se las tiraba.

- Te podrias ir con tus novias a un hotel.

- ¿Estas envidioso?

- Claro, que no.

- Ya lo se, tonto, si a ti no te gustan las chicas.

- ¿Que te hace pensar eso?

- Siempre lo he tenido claro, y mas desde que quieres ser enfermera.

- ¿Y tu que quieres ser?

- Yo soy futbolista.

- Si, claro, si cobras menos que mama en la peluqueria.

- Puede ser, pero me las follo a todas.

- Cuando tengas que retirarte a los treinta y tantos, ¿que piensas hacer?

- Poner tiritas como tu no, eso seguro.

Esperaba con ansia el momento en que se acabara la lamentable carrera de Loren y tuviera que buscar la forma de ganarse la vida siendo mas tonto que una piedra. Pero no podia perder demasiado tiempo con esos pensamientos que no aportaban nada bueno y debia centrarme en mi mismo, ya que estaba a punto de hacer la selectividad.

En cuestion de notas todo fue incluso mejor de lo esperado y meses despues pude empezar al fin la carrera, aunque tuviera a toda la familia en contra. Aun asi, era la oportunidad de mi vida, la forma perfecta de demostrar que era alguien mas alla de la sombra de mi hermano. Estaba convencido de que moverme en uno nuevo entorno me iba a servir para ser al fin yo mismo.

Los inicios nunca son sencillos, sobre todo si te encuentras rodeado de gente con un objetivo comun, es bastante mas dificil destacar. Enseguida me di cuenta de que Loren, en parte, tenia razon, ya que en la facultad casi todo eran chicas. Pense que se me tendria que dar muy mal para no conseguir ligar con ninguna, aunque mi experiencia me decia que iba a ser asi.

En el instituto fui un muchacho bastante solitario, pero una vez que llegue a la universidad me force a hablar con la gente. Aunque la inmensa mayoria era simpatica, alli no dejaba de ser uno mas, tendria que esforzarme mucho si queria que la gente me conociera mas alla de por ser uno de los pocos chicos del lugar.

- ¿Ya te has echado novio?

- Me tienes hasta los huevos, Lorenzo.

- Vaya, parece que el enano si que tiene algo de caracter.

- ¿Como consigues ligar tanto con lo capullo que eres?

- Se trata de llamar la atencion.

- ¿Eso no las echa para atras?

- A la mayoria si, pero siempre hay alguna que pica.

- No lo veo muy claro.

- Es que no creo que con los chicos funcione igual.

- Solo te lo voy a decir una vez: me gustan las tias.

- ¿En serio?

- !Pues claro!

- Yo pensaba que era maricon de verdad.

- No pasaria nada si lo fuera, pero no es el caso.

- Igual si que tengo que darte una oportunidad como hermano.

Nunca dejo de comportarse como un cretino, pero a partir de aquel dia mi hermano empezo a hacerme algo de caso y a tratarme de otra manera. El nunca se habia imaginado que pudieramos tener algo en comun, asi que descubrir que a mi tambien me gustaban las chicas lo llevo a quererse convertir en una especie de mentor para mi.

Descubri que no todo en el era tan malo, pero seguiamos siendo incompatibles. Aunque pusiera todo su empeno a la hora de ensenarme a tratar con las chicas, la verdad era que su forma de ser le beneficiaba para ligar, al igual que el hecho de que fuese futbolista, aunque jugara en un equipo de medio pelo. No habia duda de que era capaz de sacarle mucho partido a su unico don.

De todo lo que me habia dicho lo unico que se me habia quedado era que tenia que encontrar una forma unica de llamar la atencion, algo que me distinguiera. A mi nunca se me habia dado nada bien, de hecho, tampoco tenia demasiadas aficiones, hasta que un dia viendo la television se me ocurrio una idea que iba a cambiarlo todo.

- Quiero ser mago.

- Claro que si, Hugo, en Hogwarts te estan esperando.

- Lo que quiero decir es que me gustaria hacer trucos de magia.

- ¿No sera esta la forma con la que piensas ligar?

- ¿Por que no?

- No se me ocurre nada que pueda poner menos cachonda a una chavala.

- Pero eso me hara destacar.

- Si, pero para mal.

- Yo lo voy a intentar.

- Pues muy bien, pero asi vas a necesitar mucho mas que magia para meterla.

Me empene en que aquel debia ser mi camino a seguir y comence viendo tutoriales en internet. Resulto que no se me daba tan mal como se podia esperar, tenia bastante destreza con los trucos basicos de cartas. A mi hermano no le causaban ninguna impresion, pero al atreverme a realizarlo ante mis companeros de clase recibi algun aplauso.

Aquello fue lo mas cerca que habia estado nunca de ser popular, asi que decidi ampliar mi repertorio. Tuve que pedir dinero prestado a mis padres para comprar material y seguir formandome como mago. No me sorprendio en absoluto cuando me dijeron que no estaba de acuerdo en que perdiera el tiempo con eso que ellos consideraban tonterias.

Por suerte, mi aficion me estaba cambiando, me dio una seguridad que antes no tenia al ver que podia haber algo que se me diera bien. Cada vez me atrevia a hacer trucos mas complicados, aunque era consciente de que no eran demasiado impresionantes, simples enganos para personas que no prestaban demasiada atencion.

Empezo como un intento de destacar entre la multitud, una aficion como cualquier otra, pero poco a poco le fui cogiendo el gusto. Me le encantaba esa sensacion de enfrentarme a trucos que creia que no podria realizar y que me acababan saliendo. Procuraba apartar ese pensamiento de la cabeza, pero cada vez me planteaba mas la opcion de convertir aquello en una posible salida laboral.

Me daba igual que nadie me apoyara, la magia se estaba convirtiendo en mi pasion y comenzaba a verme haciendo esos trucos delante de personas que realmente no apreciaran. No tenia ni idea de como podria llegar a mostrarle al mundo mi talento, hasta que una companera de la universidad me propuso actuar en el cumpleanos de su hermano.

- Ni se te ocurra hacerlo.

- Vamos, Loren, es mi oportunidad.

- Si, de hacer el ridiculo.

- Pero si tengo los trucos muy controlados.

- ¿La chica que te lo ha propuesto esta buena?

- No esta nada mal, la verdad.

- Pues que sepas que a esa no te la vas a follar en la vida.

- Eso nunca se sabe.

- Ya te lo digo yo, te ve como un friki que puede animar la fiesta de su hermanito.

- Bueno, si no es con esa sera con otra.

- Claro, con tu mano derecha.

La fiesta fue todo un exito, tanto el nino homenajeado como sus amigos divirtieron mucho con mis trucos. Pero Loren tenia razon, esa muchacha me estuvo tratando todo el rato como si fuera un bicho raro. Yo ya estaba demasiado enganchado a la magia como para dejarla, pero quizas habia llegado el momento de plantearme una nueva opcion si no queria ser virgen de por vida.

Empece a darle vueltas a esa posibilidad, aunque la magia me absorbia mucho tiempo y encima se estaban acercando los primeros examenes de la carrera. Flotaba en el aire la posibilidad de que abandonara la opcion de ser enfermero, pero hasta entonces me seguiria aplicando al maximo. Pensaba que esas eran mis dos unicas preocupaciones, pero entonces ocurrio algo inesperado.

Una madrugada nos despertamos todos sobresaltados cuando llamaron a la puerta. Evidentemente, a esas horas no esperabamos a nadie, asi que mis padres decidieron no abrir, pero insistieron durante un buen rato. Tras asomarnos por la ventana, vimos que mi tia Carolina estaba en la calle, visiblemente nerviosa.

Una vez en casa, nos explico que su relacion se habia convertido en un autentico infierno y que tuvo que huir de su novio. Yo me ofreci enseguida a dejarle mi cama para que descansara, aunque yo tuviera que dormir en el sofa. Al dia siguiente me desperte temprano para ir a la universidad, asi que no pude hablar con ella, aunque me moria de ganas por conocer su historia.

Pase toda la manana en la facultad pensando en mi tia Carolina. Todavia era una mujer joven, ni siquiera habia cumplido los treinta, y ya habia tenido que pasar por algo como eso. No creia que pudiera hacer nada por ella, pero lo iba a intentar. El problema fue que al llegar a casa no estaba, habia salido con mi madre, y solo me encontre con Loren.

- Aun estoy flipando con lo de la tia Carol.

- Ya, pobrecilla, por lo que habra tenido que pasar.

- No, me refiero a lo buena que esta.

- Siempre ha sido muy guapa.

- Pero lo de ahora es brutal, no le recordaba yo esas tetazas.

- Loren, es nuestra tia.

- Si, bueno, pero se largo hace anos.

- ¿Y que?

- Pues que no pretenda ahora que la vea como parte de la familia.

- Estas fatal.

No se lo iba a reconocer, pero Loren tenia razon. Sabia que nuestra tia habia ganado mucho con los anos porque la seguia en redes sociales, pero verla en persona impresionaba. A pesar de la tristeza que reflejaba su mirada, estaba preciosa y tenia un cuerpazo que ni siquiera un sobrino podia pasar por alto.

Esa misma noche, cuando ya se habia serenado y vino a agradecerme que le prestara mi cama, pudimos charlar un rato. Yo trate de preguntarle con mucho tacto, pero ella no tenia intencion de contar demasiado. Repetia que habian sido unos anos horrorosos, aunque insistia en que su novio jamas le puso la mano encima, cosa que me tranquilizo.

Con el paso de los dias se convirtio en una mas en nuestra casa. Debia admitir que me alegraba la vista tenerla con nosotros, aunque era bastante mas disimulado que Loren, que la devoraba con la mirada. Nuestra relacion de hermanos pasaba por su mejor momento, pero empezo a resentirse cuando se dio cuenta de que se habia topado con la unica que no lo tenia como favorito.

- No se como puedes pasarte todo el dia hablando con la tia, es muy aburrida.

- ¿Son celos eso que noto?

- No seas estupido, si lo digo por tu bien.

- A ella le gusta la magia.

- Anda ya, las tias buenas pasan de esas cosas.

- Parece ser que no todas.

- Que mala suerte tienes, Hugo.

- ¿Por que?

- Porque solo te hace caso la unica a la que no te puedes follar.

Tener a la tia en casa fue un estimulo en todos los sentidos. Ademas de poder contemplar su belleza, encontre en ella un apoyo con lo de la magia. No solo le gustaban mis trucos, sino que me animaba a seguir probando nuevos si era eso lo que realmente me apasionaba. A veces incluso bromeabamos con la idea de que podria ser mi acompanante en los shows.

Su apoyo fue fundamental para que me lanzara a por desafios mayores. Todo lo que aprendia se lo ensenaba a mi tia de inmediato, provocandole siempre una gran impresion. Al margen de lo agradable que era sentirme apoyado, empezaba a disfrutar de su compania, quizas mas de la cuenta. La buscaba a todas horas, me encantaba estar con ella.

Lo mejor de todo era que si no la buscaba yo, era ella la que venia a por mi para proponerme trucos que habia visto en internet. No queria atribuirme todos los meritos, pero la tristeza fue abandonando el rostro de mi tia, cada vez se la veia mas alegre. Puede que se equivocara alejandose de nosotros, pero se merecia ser feliz.

- Este truco te sale ya a la perfeccion.

- Eso espero, porque manana tengo un cumpleanos.

- ¿Quieres que vaya como ayudante?

- ¿Lo dices en serio?

- Claro, hasta que encuentre trabajo necesito estar distraida.

- Por mi, genial.

- Tendrias que aprender ese truco de cortarme por la mitad.

- No, no, a ver si va a salir mal...

- Tendrias que elegir con que parte te quedas.

- Con la de arriba, si no tendria que hablarte a los pies.

- ¿Estas despreciando mi culito?

- No... yo... bueno, que...

- Tranquilo, te estaba tomando el pelo.

Cumplio con su palabra y al dia siguiente me acompano a la fiesta. Yo siempre me ponia nervioso en todas mis actuaciones, pero ella sabia como calmarme. A mi me salieron todos los trucos bien, pero fue mi tia la que acaparo casi toda la atencion con su simpatia. Se nego a que le diera la mitad del dinero, aunque estaba claro que nos tendriamos que acabar entendiendo, porque juntos el show mejoraba mucho.

Volvimos a casa muy contentos, con un subidon enorme. Nunca la habia visto tan feliz. Mi tia se fue directa a la ducha y yo me quede en mi habitacion ordenando un poco, hasta que, veinte minutos despues, ella volvio del cuarto de bano, con una toalla bastante pequena alrededor de su perfecto cuerpo, y yo me dispuse a salir.

- Hugo, espera un momento.

- Dime.

- Se me ha ocurrido un truco nuevo.

- ¿De que se trata?

- Creo que podrias hacer desaparecer algo.

- Todavia no estoy a ese nivel.

- Tu intentalo.

- ¿Como?

- Agitando la varita.

- No la tengo aqui.

- Da igual, haz como si la llevaras en la mano.

No sabia hasta donde pretendia llegar, pero le hice caso y fingi agitar la varita. Justo en ese momento, mi tia dejo caer la toalla y dijo que habia hecho desaparecer su ropa. Hubiese querido taparme la cara, pero no fui capaz. La vision de su cuerpo desnudo me dejo como hipnotizado. No podia parar de mirar su sexo depilado, y menos aun esas tetas que todavia eran mas impresionantes al descubierto.

Sabia que estaba tan a gusto conmigo como yo lo estaba con ella, pero nunca imagine que tambien tuviera ese tipo de deseos hacia mi. Se trataba de algo totalmente prohibido por nuestra relacion familiar, pero en ese momento solo deseaba abalanzarme sobre mi tia. No hizo falta, fue ella la que se acerco hasta que quedamos bien pegados.

- ¿Que estas haciendo, tia?

- Quiero que desaparezca la distancia entre nosotros.

- Ya casi no la hay.

- Y quiero tambien hacer desaparecer tu lengua en mi boca.

Tras decir eso, mi tia poso sus labios en los mios y comenzo a besarme. Yo imite todos sus movimientos sin tener ni idea de lo que debia hacer. Ella me iba guiando, tanto al abrir la boca y entrelazar nuestras lenguas, como al agarrar mis manos y colocarlas ambas en su turgente trasero. Todavia tenia el cuerpo entero humedo.

Tuve una ereccion inmediata, mi pene debio clavarse en su entrepierna de la misma manera que yo notaba sus duros pezones contra mi torso. Estaba aprendiendo a besar por momentos, a animarme a recorrer todo su cuerpo con mis manos. Aunque lo deseaba, nunca imagine que pudiera ocurrir algo asi, pero no pensaba desaprovechar la oportunidad.

Despues de un buen rato besandonos, mi tia Carolina se dio media vuelta y coloco sus nalgas contra mi abultado paquete. Yo no perdi el tiempo y le agarre sus tetazas con ambas manos, al mismo tiempo que me inclinaba para besarle el cuello. Ella no paraba de mover el culo, haciendo que mi polla se pusiera tan dura que sentia que iba a reventar.

Deseaba empujarla contra mi cama y follarmela, pero no me atrevia a dar ningun paso. Finalmente fue ella la que volvio a girarse y comenzo a quitarme la ropa muy lentamente. Cubria con besos cada parte de mi cuerpo que dejaba al descubierto, dedicandome miradas de lo mas lascivas. Una vez que me bajo los pantalones, sostuvo mi verga entre sus manos y lamio la punta.

- Por fin estoy con un hombre que me sabe valorar.

- ¿Que va a pasar ahora?

- Que voy a hacer desaparecer tu virginidad.

Continuara...
16 Feb 2024Suegra borracha Sandra, una cincuentona, acaba convertida en la amante de su yerno y un vecino

La madura jamona, notaba la tranca de Jorge, su yerno, barrenando su ojete hasta el fondo, con los huevos rebotando sobre su vulva. La cerda resistia a cuatro patas, sobre el lecho matrimonial, los violentos empellones acompanados de rugidos, tirones de pelo y escupitajos, con las que el cabron de Jorge se la follaba como una vulgar putilla sometida (lo que era, a fin de cuentas). Mientras, Ricardo, su pobre y cornudo esposo, dormia una siesta inducida con somniferos como un bendito, ignorando los berridos de puerca de su esposa.

Jorge disfrutaba como un enano al tener sometida a Sandra, aquella puerca jamona, con el agravante de que, al follarla en la cama matrimonial, rodeados por las fotos del matrimonio que adornaban la paredes y utilizando, despues del polvo, la almohada del cornudo para limpiarse la polla, su placer se veia multiplicado por el profundo desprecio que sentia hacia el gilipollas de Ricardo, su suegro, un tipo al que no le habia caido bien desde que, de la mano de su hija, entro en aquella casa cuando aun eran novios. Aunque el sentimiento era mutuo, a Ricardo tampoco le gusto aquel tipo con aspecto chulesco que le iba a arrebatar a su encantadora hija.

De modo que cada vez que Jorge encajaba el pollon en el culo de la puta de su suegra, apretaba con fuerza los dientes y trataba de disfrutar a lo grande pensando en el crecimiento exponencial de los cuernos del pobre ignorante pichafloja que dormitaba en el salon, a escasos metros del encuentro entre los amantes.

A Sandra, sentir el aliento de Jorge en el cogote mientras su macho le taladraba el culo, agarrandole con fuerza las tetas, le resultaba excitante no, lo siguiente. La mujer, que medio ano antes habria sido incapaz de creer que caeria en un abismo de depravacion de ese calibre, no paraba de dar gracias (a Dios o al diablo, a saber) por aquella tremenda borrachera que la abismo en el mundo del sexo: !asi, a lo bruto y sin anestesia!

1. El pub

Habia sido un sabado tremendo en el Disco Pub Angel. Mucha agitacion, mucho movimiento y muchas cenas de empresa, despedidas de soltero y soltera y cachondeo a tutiplen.

En uno de los reservados dormia la mona, desmadejada en un sofa, Sandra, una jamona madura de 54 anos que, debido a la tremenda cogorza que llevaba, se quedo descolgada de su grupo de empresa con el que estaba celebrando la juerga posterior a la cena de fin de temporada. La mujer, habia tenido un tremendo arranque de desinhibicion que habia dejado descolocados a propios y extranos. Mucha bebida, mucho baile, muchas insinuaciones con algunos jefes y companeros de trabajo y mucho cachondeo. Nadie diria que la buena mujer, casada y con hijos ya mayores, siempre seria y modosita, se iba a despendolar de aquella manera. Tal vez tuviera algo que ver la pastillita que algun graciosillo le coloco en la bebida, pero la tremenda reaccion de la cachonda y opulenta secretaria dejo descolocado a todo el mundo, incluido el listo que le coloco la droga en la bebida. Y mas si tenemos en cuenta que hizo lo mismo con la bebida de algunas de las otras chicas de la oficina y ninguna perdio los papeles como Sandra. Pero, bueno, nada de eso tiene demasiada importancia. Tan solo es el origen de todo lo que vino despues.

La gente alucino cuando a Sandra se le empezo a ir la pinza, bailando sobre la mesa en plan gogo, meneando sus tetazas en la cara del director tecnico y pegandole un baboso morreo a una companera que, la verdad sea dicha, no hizo ascos en absoluto a la boca de la jamona y disfruto del intercambio de babas, tanto como para ponerse lo bastante cachonda como para ir a pajearse minutos despues a los servicios. Si no fuera por el alma caritativa y corta rollos de Eugenia, la aguafiestas amiga de Sandra, que impidio que esta acompanase a la chica al lavabo a consumar el rollete lesbico, la buena de Sandra habria tenido su primer orgasmo bastante pronto. Pero, no pudo ser. Eugenia retuvo a Sandra en un sofa del reservado, donde siguio siendo objeto de la mofa, el cachondeo y el escarnio de bastantes de sus companeros que aprovechaban su estado para sobarla a base de bien. Sobre todo los tios, pero alguna chica tampoco le hizo ascos a magrear las tetas de la abotargada puerca.

Muy comentado fue cuando, entre risas e incoherencias, enseno su destreza en la tecnica de la felacion usando un vaso de tubo, lo que suscito la envidia del personal femenino y la admiracion del masculino que, sin apenas disimulo, en mas de un caso, se palpaba la polla pensando en lo que iban a hacer en cuanto consiguieran meter a la jamona en un coche. Pero el gozo de todos acabo en un pozo, por culpa de la corta rollos de Eugenia que, como hemos dicho, se habia convertido en el Pepito Grillo de Sandra y en la voz de la conciencia de la oficina.

Dio la casualidad de que uno de los camareros que trabajaba en el Pub era vecino de Sandra y vivia en la puerta contigua a su piso. A Martin de treinta anos le habia costado reconocer a su vecina. Acostumbrado a verla como la perfecta ama de casa de la escalera, siempre con el carrito de la compra acompanada del calzonazos de Ricardo, su marido, le costo identificarla con aquella vestimenta de puton verbenero. Lucia la mujer una mini minifalda que apenas le tapaba las cachas de su culazo, un culazo que se veia a la perfeccion y en toda su inmensidad porque la tira del tanga se habia incrustado entre las nalgas. En la parte superior, llevaba una cenida camiseta de licra que sus enormes tetas pugnaban por reventar. Pintada como una puerta, en plan puton, completaban su atuendo unas medias negras muy bonitas, pero con un par de carreras por el ajetreo de la buena mujer. La guinda era el liguero que se alzaba sobre unos zapatos de tacon de aguja que aumentaban su metro cincuenta y cinco hasta un mas que respetable metro setenta. Estaba la mujer para hincarle el rabo y no sacarlo hasta que se convirtiera en una pasa arrugada.

Y, claro, aquel deseo que se desperto en Martin, que no era de piedra, nada mas ver a su recatada vecina, reconvertida en una puerca tan liberada y cachonda, se incremento exponencialmente cuando Sandra lo reconocio. La mujer, a la que ya se le trababa la lengua por el cebollon que llevaba, le saludo con dos besos pegajosos que rozaron los labios de Martin. La fuerte presion de sus tetas, ayudada por el arrimon del chico, puso a su soldadito en estado de alerta, tensando su bragueta. Algo que no paso desapercibido para Sandra que, balbuceando, dijo aquella frase que hizo famosa a Mae West: «¿Llevas una pistola o es que te alegras de verme?». Martin se limito a sonreir, relamiendose por dentro.

Cuando Eugenia, que ejercia de inoportuno Angel de la guarda de la despendolada guarrilla, descubrio que Martin era vecino de Sandra, negocio con el, a escondidas del grupo, para que se hiciera cargo de su inhabilitada amiga y la llevase a casa mas tarde, cuando terminase el turno y la jamona hubiera dormido la mona. A Martin le falto tiempo para aceptar. Mas reticente fue Sandra e incluso alguno de los integrantes masculinos del grupo, que ya se habian hecho ilusiones de acabar empotrando la polla en alguno de los apetecibles orificios de aquella jaca que parecia dispuesta a todo.

Asi que la fiesta continuo en otro lugar y Sandra, entre lagrimas y balbuceos, la borrachera ya habia llegado a esa fase, se quedo solitaria en el sofa del reservado donde no tardo en tumbarse de lado y empezar a roncar como una cerda a pesar de la escandalosa musica que venia desde la pequena pista de baile, todavia muy frecuentada a las dos de la manana.

Un par de veces, durante su turno, Martin se acerco a ver a su vecina, que dormia como una bendita con la boca semiabierta y soltando un reguerito de baba sobre el cojin del sofa. Tenia la minifalda muy subida y se apreciaba perfectamente su precioso pandero, blandito, grande y con un pequeno rastro de celulitis que debia temblar de lo lindo cuando la follasen a cuatro patas. Martin se limito a mirar, estuvo tentado de meterle mano para ver como reaccionaba, pero prefirio no tentar la suerte. Ya habria tiempo para ello cuando la llevase a casa.

Sobre las dos y media de la manana, empezo a llegar el personal del segundo turno, entre el que estaba Jorge, dos anos mas joven que Martin, y muy buen amigo suyo.

—Hola, Jorgito, ojo al entrar en el reservado cuatro —le saludo—. No coloques ningun grupo alli que esta ocupado —comento senalando la puerta.

—Vale, lo tendre en cuenta —respondio Martin.

—Hay una tia durmiendo. Se llama Sandra, es mi vecina que ha venido con un grupo y ha pillado una trompa como un piano. El caso es que me la han dejado aqui para que la lleve a su casa al salir.

—¿Sandra se llama? !Joder, voy a verla!

—Ya veras, tio, es mayor, pero esta para darle polla hasta decir basta…

—Ya, ya. Es por una cosa.

Cinco minutos despues Jorge se acerco a donde estaba Martin y, visiblemente excitado, le dijo:

—!Joder, tio, es la ostia! ¿Sabes quien es la tia que tienes esperando?

—No. Se que se llama Sandra y que tiene un polvazo. Nada mas.

—!Es mi suegra, colega!

—!Ostia, que fuerte! !No jodas!

—No jodas, o si. Si puedo… Es que mi suegra vive en tu calle, lo que no sabia es que vivia en tu finca y cuando me has dicho el nombre, lo he pensado por un momento. Pero, vamos, en la vida me lo hubiera creido, tio. Ademas, tu no sabes como es la muy cabrona. Seria, formal, una perfecta ama de casa. Si hasta creia que eran del Opus cuando empece a salir con mi mujer.

—!Pues mirala tu, a la seria y formal! Y tendrias que haber visto el espectaculo que ha montado antes.

—¿Y te la tienes que llevar a casa?

—Bueno, ese es el encargo que me han hecho… Y que pienso cumplir. Claro que, si la cosa se tercia, pienso hacer una breve escala en mi piso. Vamos que a poco que pueda me la follo. Me parece a mi que la tia va pidiendo guerra.

—!Vaya sorpresa, joder! A mi tambien me ha puesto cachondo la muy puerca, con ese culo en pompa y la boquita soltando babilla por la comisura. Casi saco la polla y se la restriego por la jeta… !Je, je, je…! Me he acercado un pelin para olerle el culazo y me ha puesto como un verraco la muy zorra… !Me cago en todo!

—Pues nada, chico, ya te contare como me va, je, je, je… —respondio Jorge entre risas.

—Espera, espera, que estoy pensando… El jefe me debe unas horas todavia de nochevieja del ano pasado, que me tuve que quedar doblando turno. Voy a hablar con el a ver si me deja largarme antes, a fin de cuentas esto ya empieza a estar de capa caida —Martin senalo la sala ya medio vacia.

—Bueno, si te deja. Por mi va bien. Creo que tendremos Sandra para todos. Ademas, si ve una cara de la familia seguro que se pone contenta la guarrilla…

—Una cosa mas, Martin.

—Dime.

—Me pido reventarle el ojete. Me hace ilusion, je, je, je… Ademas, me mola esto de ponerle los cuernos al gilipollas de Ricardo.

—¿Tu suegro?

—El mismo. Un gilipollas, ya te digo.

Al mismo tiempo, en el reservado de al lado, Sandra seguia en los brazos de Morfeo, sonando con los angelitos y recuperando parte de las energias que habia ido gastando aquella noche con sus bailes sin sentido y demas idas de olla.

2. El coche

Cuando Sandra vio que junto a su vecino, del que no se fiaba demasiado, estaba tambien su yerno, se sintio mucho mas comoda y protegida. A pesar de la borrachera y el tonteo constante que llevaba toda la noche, la mujer no habia perdido del todo sus inhibiciones y tenia ramalazos de responsabilidad que la cortaban un poco.

La pobre incauta, anduvo flanqueada por sus dos protectores, medio tambaleandose por la cogorza camino del coche, tropezando varias veces con los zapatos de tacon y sin darse demasiada cuenta de los descarados magreos que los dos tipos le propinaban, aprovechando su tambaleante deambular.

—Tenga cuidado, suegra, a ver si se va a caer y tenemos un disgusto —le decia Jorge mientras aprovechaba para palmear y sujetarle el culazo gelatinoso mientras cruzaban la calle hasta el coche, aparcado frente al pub. Es curioso, pero Jorge todavia hablaba de usted a su suegra. Quiza por su actitud conservadora y el aspecto de pareja anticuada que tenia junto al pelmazo de Ricardo, su suegro, un tipo bastante pedante e insoportable al que Jorge no tragaba.

Al otro lado, Martin, la llevaba bien sujeta de la cintura, notando como su mullida teta se apretaba contra su costado.

Si de Jorge hubiera dependido, habria colocado a Sandra en los asientos traseros para comenzar su ofensiva de camino al apartamento. Pero, Martin se nego en redondo. No tenia ganas de ir adelantando el festival. Preferia que la guarrilla se sentase junto al conductor. De ese modo podia tener una perfecta panoramica de sus muslazos, con aquella menguante minifalda, y de su cono, tenuemente cubierto por aquel tanguita que dejaba escapar escasos y recortados pelillos de su cuidado pubis. Asi, de rebote, evitaba que el cabroncete de Jorge empezase la fiesta sin el. Ademas, sabiendo lo impulsivo que era, igual metia la pata y destapaba la liebre, alertando a la jamona antes de tiempo. Igual lo que conseguia Jorge si no media bien sus pasos era asustar a la mujer y se quedaban ambos compuestos y buscando una furcia callejera que les bajase el calenton.

De modo que, en aquella calida noche, comenzaron el trayecto de apenas media hora camino del piso de Martin con un objetivo clarisimo: darle un buen repaso a la jamona.

Sandra, medio atontada, empezo a cabecear nada mas sentarse. Jorge puso algo de musica y condujo con precaucion. No tenia intencion de cometer ninguna infraccion aquel dia que les jodiera la fiesta.

La buena mujer se quedo medio frita con el suave traqueteo del vehiculo. La brisa nocturna que entraba por la ventanilla medio abierta le movia los cabellos, pero la jaca ni se inmutaba, con los ojos cerrados y la cabeza medio caida, balbuceaba incoherencias e iba tarareando las canciones que sonaban en la radio.

Martin decidio ir probando el nivel embriaguez (y desinhibicion de su vecina) y, al descuido, planto la mano en el muslo para ver si recibia algun mal gesto o una reprimenda. Nada, la mujer parecia inmune a aquel invasor y, sin inmutarse, dejo que la mano fuera subiendo por el muslo hasta llegar a sus braguitas, donde se quedo un momento quieta, alternando el cambio de marchas con la calidez del cono que se percibia claramente a traves de la ligera tela.

Jorge, desde atras y atento a los movimientos de su amigo, decidio tantear tambien a su suegra.

—!Joder, esta empanada perdida la guarra, eh! Parece que no se entera de nada —comento Jorge asomando la cabeza entre los asientos, con la mirada fija en la zarpa de su amigo.

—Lo que tu digas, pero tiene el cono ardiendo. !Esta empapado! Esta tia esta cachonda perdida —Martin saco la humeda mano del conito de la mujer y la olio antes de chuparse los dedos.

Jorge, se acerco y contemplo la cara de Sandra. Con la mano le levanto la cabeza agarrandola del pelo.

—!Eh, suegra, putilla…! ¿Dice mi amigo que estas cachonda? —dejo de tutearla. Logico, teniendo en cuenta sus intenciones.

Un absurdo e inconexo gemido, acompanado de una absurda sonrisa y un intento de abrir los ojos y mirar a su yerno, fueron tomados por Jorge como una afirmacion a su pregunta. De modo que, ni corto, ni perezoso, metiendo como pudo la cabeza entre los asientos delanteros le pego un lameton a la cara de la mujer, que acrecento su estupida sonrisa. Jorge noto el sabor salado de su cara, seguramente de sudar cuando estaba bailando y procedio a pegarle un intenso morreo que la mujer, medio aturdida le devolvio con dificultad por su postura. La mujer entrelazo la lengua con la de su yerno y se dejo explorar la boca por la del chico que le dio un intenso repaso. Al mismo tiempo empezo a palpar las tetazas y a masajearle los pezones, bastante tiesos y que se distinguian perfectamente a traves del sujetador y la camiseta.

—!Joder, suegra, me estas poniendo el rabo como un poste! Hoy no te libras de un buen revolcon, cabrona.

La mujer, que seguramente no entendia ni lo que le estaban diciendo, asintio entre risitas y, relajada, se recosto hacia atras dejando que el aire de la calle la refrescase mientras uno de los chicos le sobaba el cono y el otro le masajeaba las tetas. Si, estaba a punto.

3. El piso del vecino

Antes de subir al piso, Martin se fijo, mirando las ventanas de la vivienda de Sandra, que la luz del salon estaba encendida. Seguramente Ricardo, el abnegado esposo de la jamona, estaba esperando la llegada de la mujer para irse juntos al lecho conyugal. Martin fantaseo conque el pobre tipo quiza estuviera cachondo y deseoso de follarse a la jaca que tenia por esposa, aprovechando aquello de sabado sabadete. Pero pronto desecho la idea al pensar en la pinta (y actitud) de gilipollas que tenia el pobre infeliz, un aspirante a cornudo de manual. Y eso era lo que iban a hacer minutos despues tanto Martin como Jorge, el entranable yerno de Sandra, taladrar a fondo a la puerca para que el bueno de Ricardo pudiera ostentar orgulloso la cornamenta con la que le iba a obsequiar la putilla de su esposa.

Al bajar del ascensor, Sandra, todavia vacilante, hizo un amago de dirigirse hacia su puerta. Quiza como un acto reflejo o un ligero rescoldo de decencia que persistia a pesar de la borrachera y de que su empapado cono pedia rabo a gritos.

Fue Jorge el que, agarrandola con fuerza del cuello, la recondujo hacia la puerta de Martin.

—!Vamos, venga, venga, suegra, no te escaquees, que tienes que terminar lo que has empezado!

—!Eeeh…! ¿Co… como…? —acerto a preguntar la buena mujer con la boca pastosa.

—!Tira para adentro, guarrilla! —Esa fue toda la explicacion que recibio, acompanada de un fuerte manotazo en el pandero que la hizo trastabillar y la introdujo en el piso de soltero de Martin. Un picadero perfecto.

Menos de cinco minutos despues, la jamona estaba arrodillada en el sofa, en pelota picada, comiendo alternativamente la polla de cada uno de los jovenes mientras pajeaba al otro. Las babas chorreaban sobre los huevos de los chicos, que contemplaban asombrados la entrega y la dedicacion de la jamona que tan solo interrumpia su tarea de tragasables para beber agua de una botella que tenia al lado. Entre el alcohol y la mamada se estaba deshidratando, pobrecita.

Se sucedian los insultos y los escupitajos de los chicos, que la mujer recibia con aparente entusiasmo. No sabemos si por la trompa que llevaba o porque le estaba encantado aquel rollo de machos dominantes que se traian aquellos dos. El caso es que, con la cara sudorosa y mojada de saliva, los ojos vidriosos y lagrimeando, no pudo evitar empezar a pajearse con su mano libre para calmar el calenton que llevaba.

El hecho no paso desapercibido para Jorge que decidio plantear al anfitrion un cambio de ubicacion. Del sofa fueron a la cama y alli, procedio a taladrar el cono de su suegra a cuatro patas mientras esta seguia mamando la polla de Martin que, recostado en la cabecera de la cama, meneaba violentamente el cabezon de la guarra para marcarle el ritmo.

Martin se corrio en la boca de la cerda que no hizo ni un amago de frenar el ritmo de la mamada. Se trago la lechada como quien se toma un chupito. Martin empezo a excitarse de nuevo casi inmediatamente. Decidio cambiar de juego y casi arrancando la polla de la boca de la jamona, se coloco tumbado en la cama con las piernas bien abiertas y levantadas y coloco la cara de Sandra en perfecta posicion para que pudiera hacerle una buena comida de huevos y ojete. La mujer, lejos de rechazar el manjar, se lanzo como una fiera a degustarlo.

Por su parte, Jorge, seguia taladrando a buen ritmo el cono de la cerda a cuatro patas, y empezo a trabajarle el ojete con los dedos despues de ir escupiendo abundantemente entre sus nalgas. Con el pulgar dentro del culo de su suegra, la sujetaba con la palma de la mano mientras iba penetraba con fuerza su encharcado cono. Finalmente, justo cuando se corrio su amigo Martin, decidio estrenar el ojete de su suegra. Ya que la hija no dejaba petarle el culo, al menos se lo podria hacer a la puerca de su madre. A fin de cuentas, le daba bastante mas morbo el asunto. De modo que, saco el dedo y observo el agujerito expectante, sobre todo tras oir como la puta decia, interrumpiendo la comida de culo que estaba haciendo a Martin:

—!No pares, cabron, no pares! ¿Por que la has sacado, joder?

Jorge sujeto las nalgas bien abiertas y enfilo la polla, mas tiesa que nunca, hacia el estrecho agujerito trasero de Sandra. Esta no pudo evitar moverse hacia delante, como un acto reflejo, tratando de evitar la inesperada incursion por la retaguardia. Esta claro que no esperaba una incursion por su agujerito marron en aquel momento.

—!Estate quieta, puta! —grito el joven perdiendo la paciencia. Tenia ganas de correrse y queria hacerlo en el culo de su suegra.

La mujer, algo asustada ante la autoridad del grito, se detuvo y, con gestos de una cierta incomodidad, soporto la entrada del grueso capullo en aquel culito maduro y virgen. Martin, que veia la cara de dolor de la mujer, le sonreia y le acariciaba su enrojecida y sudorosa carita de puta. Para tranquilizarla, le coloco la polla en la boca con la sana intencion de que fuera mamando algo. «Anda chupa un poquito, tomalo como una anestesia», le dijo con ironia. La mujer, con el capullo en la boca, bastante desconcertada por aquella entrada lenta y tortuosa de la polla de su yerno en el culo, levanto los ojos con aspecto suplicante. Desde luego, si esperaba que Martin intercediera con su amigo a la hora de detener su follada anal, habia pinchado en hueso. No solo, no pensaba hacerlo, sino que tenia intencion de imitarlo a la menor ocasion.

El caso es que Sandra no tardo en acostumbrarse a la presencia de una polla en su culo y, a pesar del grosor de la misma y de cierta agresividad de su yerno, no pudo evitar empezar a disfrutar de nuevo. Estaba bastante cerca de tener algo asi como un orgasmo anal cuando, tras unas serie de espasmos acompanados por un rugido gutural, noto como gruesos borbotones de espesa y calentita leche, regaban sus entranas. Fue una sensacion agradable que, ademas, estuvo acompanada por un carinoso achuchon de su yerno. El chico le mordisqueo el cuello y, a continuacion, empezo a babosearle el cuello haciendole un enorme chupeton (a ver como justificaba eso ante el pobre Ricardo).

No tardo mucho la buena mujer en recibir una nueva visita en el culo. Hubo cambio de roles y Martin relleno con su polla el abierto ojete de Sandra, mientras su yerno le plantaba la polla delante de la cara para que la fuese relamiendo.

—!Venga, suegra, asi puedes saborear el culo de una puta, que seguro que te encanta!

La mujer, en lugar de sentirse ofendida, no dudo en olfatear la polla (le gusto, sorprendentemente) y empezo a relamerla con suavidad, realizando un trabajo de artesania. Por suerte, Martin taladraba su culo, con mas suavidad que su yerno. Menos mal, porque su polla era algo mas gruesa.

El ambiente estaba tan caldeado que los dos jovenes no tardaron en correrse. Sandra, que a esas alturas ya estaba completamente sobria, noto de nuevo como una buena dosis de lefa le rellenaba el recto y, segundos despues, borbotones de semen de su yerno entraban directamente en su traquea. El cabron de Martin le habia apretado con fuerza la cabeza hasta hacerle tragar su polla hasta los huevos para correrse directamente en su garganta. La mujer, dilatando las aletas de la nariz, con los ojos muy abiertos, se esforzo, entre arcadas, por satisfacer al macho, al tiempo que sujetaba con la manita hacia atras la muneca de Martin, que todavia sujetaba su culazo, con intencion de evitar que retirase su polla del culo. Queria notar los latidos de la tranca en su ojete mientras iba perdiendo rigidez. Martin volvio a sujetar sus cadera y Sandra bajo la mano para tocar su encharcado cono. Bastaron dos pasadas por el tieso clitoris y se corrio al instante. Jorge dejo de apretar su cabeza y la mujer se separo de la chorreante y baboseada polla boqueando como un pez fuera del agua ante las risas de ambos chicos.

Despues, sonrio y se dejo caer agotada sobre la cama palpandose el ojete con la mano y notando, entre ligeros pedetes, como salian borbotones de leche que no dudaba en llevarse a la boca.

Los dos jovenes la miraron asombrados y sonriendo.

—!Menuda guarra! —dijo Jorge.

—Y que lo digas —contesto su amigo,

Sandra, flipando con el polvo, los miraba en extasis, como si estuviera en otro mundo.

—Yo me voy a casa, Martin —dijo Jorge—, si acaso se la devuelves tu al cornudo. No tengo ganas de verlo.

—Claro, no hay problema —respondio Martin— !Eh, guarrilla, espabila! —le dio a Sandra un par de cachetes a los que la mujer respondio con risitas y girandose mostrando el culo— !Joder con la putilla, todavia quiere mas! Pues tendra que ser otro dia… !Venga, Sandra, espabila! Que seguro que el tonto del culo de Ricardo esta todavia despierto esperando.

Jorge, que ya se habia vestido, se acerco a la jamona. Se agacho y le paso las manos por el pandero acariciandolo. Los ronroneos de la mujer pidiendo guerra daban buena muestra de que no desdenaba la caricia. La jamona fue izando el culo hasta ponerlo en pompa, lo que Jorge aprovecho para meter el dedo en el abierto ojete y darselo a chupar a su suegra que lo lamio con ganas.

—!Chupa, chupa, guarra! Esto tenemos que repetirlo, ¿eh?

—Si senor —respondio la mujer relamiendose.

—Me voy a casa que estara tu hija esperando, je, je. Que sepas que no es tan buena como tu en la cama, putilla.

—Gracias —respondio la mujer al inesperado halago.

—Adios. !Ah, y dale recuerdos al cornudo, je, je, je…!

4. Entrega a domicilio

Debian ser cerca de las cinco de la manana cuando sono el timbre. Ricardo, aburrido de esperar a su mujer, se habia quedado frito en el sofa viendo la tele. El pobre dio un respingo al oir el timbre y se levanto de inmediato para abrir la puerta.

El cuadro que encontro, no podia ser mas esperpentico. Alli estaba Sandra, con un aspecto bastante ridiculo, el rimel corrido, despeinada y con algunos mechones de pelo pegados a su frente (como manchados de gomina o algo similar), tambaleandose inestablemente sobre aquellos tacones que no estaba acostumbrada a llevar, con carreras en las medias, la minifalda casi sobre el muslo (dejando casi a la vista el triangulito del pubis) y la camiseta puesta de cualquier manera, con la etiqueta por fuera y los pezones marcadisimos, en el bolsito que colgaba de su mano se veia asomar el broche del sujetador guardado dentro.

—!Hooola! —dijo la mujer con sintomas evidentes de embriaguez.

Ricardo, estupefacto, no pudo contestar.

—Hola, Ricardo —intervino Martin que sostenia a la mujer de la cintura para evitar que se cayera—. Mira, que resulta que me han dejado a Sandra en el pub. Ha sido la gente de la cena del trabajo, se ve que ha comido algo que le ha sentado mal y Eugenia, esa amiga vuestra, me ha pedido si la podia traer a casa al salir del turno.

—Claro, claro, Martin, lo siento. !Vaya cuadro, pobrecilla! Seguramente sera el marisco o algo que estuviera en mal estado —respondio Ricardo, tratando de quitarle fuego al asunto, mientras trataba de introducir a su mujer en el piso. Ella se resistia, agarrando la cintura de Martin y, en un momento dado, le pego un apreton en los huevos ante el que, tanto un sorprendido Martin, como un asombrado Ricardo, hicieron la vista gorda.

Finalmente, Ricardo, consiguio despegar a su mujer del joven vecino y atraerla hacia el piso. No sin que antes, la jamona, le diese un besito en los labios a Martin. «¿Un piquito?», le pregunto la muy cachonda antes de besar la boca del maromo y darle un buen lameton en los labios, mientras su abochornado esposo la arrastraba hacia el interior del apartamento.

—!Gracias, gracias, Martin, ya puedes irte si quieres! !Muchas gracias, de verdad!

—!Aaaaaaadios, guapoooo…! —repetia Sandra, arrastrada por Ricardo.

—De nada vecino, para eso estamos —respondio un satisfecho Martin, palpandose el paquete ante la anhelante mirada de Sandra, cuando Ricardo estaba girado.

—!Joder, Sandra, menudo desastre! !Como vas! Estas toda pegajosa y pringosa y ¿que te has echado en el pelo…? —estas frases o muy parecidas eran las que iba repitiendo Ricardo mientras arrastraba a su mujer directamente a la ducha. Suponia que una ducha calentita la despejaria y la dejaria en condiciones de ir a la cama.

Ademas, el buen hombre tenia ganas de guerra aquel sabado, a fin de cuentas, era el primer dia que tomaba Viagra. Se la habia recetado el medico despues de varios anos de impotencia sin tratamiento que casi arruinan su matrimonio. Menos mal que Sandra era una buena mujer de su hogar, religiosa, excelente ama de casa y bastante ajena a los deseos carnales. O, por lo menos, asi habia sido hasta aquel dia. Aunque ahora, Ricardo la encontraba un poco extrana. Lo curioso del asunto, es que habia sido idea suya que acudiera a aquella cena de la empresa. Ella nunca iba a esas fiestas. Ricardo se habia conchabado con su amiga Eugenia para que la vistiera moderna y con buen aspecto como para no desentonar en el ambiente juvenil de aquella empresa de videojuegos en la que trabajaba. Hasta le habia hecho comprar ropa interior nueva, de la que se llevaba ahora. Todo con la idea de que cogiera confianza, se sintiera deseaba y volviera a casa a reestrenar el nuevamente duro pene de su esposo. Hacia ya casi diez anos que no mojaban.

Pero al pobre Ricardo todavia le quedaba lo mejor o lo peor, segun se mire. Cuando la jamona de su mujer se estaba duchando, Ricardo pudo observar todas la magulladuras, chupetones (en el cuello, las nalgas y algun que otro lugar), cardenales y secuelas de lo que parecia una caida por el monte o, lo que era el caso, un potente encuentro sexual. Asi y todo, el pobre e inocente Ricardo, se atrevio a preguntar:

—Pero, como vienes, Sandra, parece que te has caido por un barranco…

—Casi, casi… —respondio la mujer sin un apice de verguenza o arrepentimiento—, mejor que ni lo sepas.

Claro que todavia faltaba la pista mas evidente. Cuando la mujer se quito el destrozado tanguita y se agacho para coger la esponja del suelo de la ducha, mostro una perfecta panoramica a su esposo del ojete, todavia medio abierto, enrojecido y con goterones de leche seca en los alrededores y de leche fresca, espesa y calentita que todavia iba saliendo poco a poco del dilatado agujerito. El pobre cornudo miro asombrado el culo de su sacrosanta esposa y, para racionalizarlo, interpreto que la buena mujer debia andar algo suelta de la tripa, por la cosa de la presunta intoxicacion en la cena, tal y como le habia contado el cabroncete de Martin. Esta claro que no hay mas ciego que el que no quiere ver.

Eso si, Sandra no hizo el mas minimo amago de ocultar su cuerpo baqueteado. Es mas lo exhibia con un cierto orgullo. Estaba contenta por haber pagado un precio tan bajo a cambio de la retahila de orgasmos que habia obtenido a cambio.

Despues de la ducha, algo mas despejada, Sandra se puso un albornoz y se tomo un buen vaso de leche calentita (de vaca esta vez) antes de ir a la cama.

El pobre Ricardo, que habia reservado su raquitica ereccion para el momento de tener cerca a su mujer con la sana intencion de sorprenderla gratamente con su nuevo vigor sexual, intento un timido acercamiento al culazo de su esposa que, nada mas meterse en la cama, se puso de lado para intentar dormir (estaba reventada la pobre, no es de extranar). La mujer, medio dormida ya, noto la pichita de su esposo en las nalgas desnudas (no se habia puesto ni pijama, de lo cansada que estaba). Algo sorprendida penso que era la mano de su marido y no hizo caso. Despues, cuando Ricardo le sujeto las caderas e intento besarle el cuello mientras frotaba su pollita contra el culo, le dijo un desabrido:

—!Joder, Ricardo, dejame dormir! Estoy cansada. A buenas horas se te ocurre. Anda ve a hacerte una paja si quieres o lo que te de la gana, pero dejame tranquila. No tengo ganas. Otro dia tal vez.

El hombre, decepcionado y cortadisimo, se alejo de su esposa que ya le habia dado una patada para poner distancia.

Se habria hecho una paja, si la ereccion no hubiera desaparecido de golpe.

5. Buenos dias

Al dia siguiente, la pobre Sandra se levanto con una resaca de las que hacen epoca. Afortunadamente era domingo y no tenia que ir a trabajar, pero, aun asi, no estaba para monsergas y, lejos de su actitud habitual de modelica ama de casa, estuvo comportandose como una autentica borde ante el interes del pobre Ricardo por su estado. El hombre, ignorante de la verdadera naturaleza de la juerga que se habia corrido su mujer la noche anterior, seguia pensando que su calamitoso estado se debia a una intoxicacion. Sus preguntas, tratando de averiguar como habia ido la fiesta y que era lo que habia tomado su pobre mujer que tan mal le habia sentado, se encontraban con respuestas acidas, desabridas o directamente insultantes. De modo que el hombre plego velas y decidio dejar a su maltrecha media naranja que se recuperase de su cogorza en la cama durante toda la manana.

Sandra, que habia pasado una noche bastante inquieta, empezo a encontrarse algo mejor a base de beber agua (ideal para la resaca) y hacerse un par de dedillos para calmar la excitacion que le sobrevino en cuanto recordo las pollas de su yerno y su vecino entrando en su culo como Pedro por su casa y el enorme placer que habia descubierto siendo sometida de aquella manera por los dos jovenes sementales que la utilizaron como una puta (con su consentimiento, que conste).

El caso es que, sobre la una y media, bastante recuperada ya de su noche toledana, se levanto y se ducho. Despues, acudio al salon, saludo a Ricardo algo mas conciliadora y este, como un perrillo apaleado, se sintio mejor y mas satisfecho e, iluso el, penso que quiza esa noche podria mojar el churro si su mujer se habia recuperado de aquella inoportuna intoxicacion.

Sandra hizo la comida. Una comida contundente, un par de chuletas, huevos y patatas fritas. Rioja para beber, algo de fruta y un yogur (desnatado: hay que cuidar la linea) de postre. La mujer tenia un hambre canina y, Ricardo, poco acostumbrado a ver a su esposa zampar comidas tan contundentes, penso que, despues de la intoxicacion a su mujer le vendria bien reponer fuerzas.

La tarde la pasaron los dos acurrucados en el sofa. Sestearon viento una pelicula de esas alemanas que dan los domingos en la television y Ricardo, con la autoestima en franco crecimiento, disfruto al tener a su mujer tumbada junto a el, utilizando su mullida barriga como almohada. Casi creyo que renacia algo de pasion perdida. Para Sandra fue una cuestion de comodidad. La panza de su esposo tenia el tamano perfecto para acomodar su cabeza y echarse una buena siesta. Mejor que un cojin viscoelastico, vamos.

A las siete de la tarde, Sandra se desperto fresca como una lechuga. Fue a echar una meadita, se limpio los dientes, se perfumo, se quito las braguitas y, al salir, le dijo a Ricardo:

—Ricardo, voy un momento a casa de Martin para ver si me puede dejar un par de huevos, que se nos han acabado y quiero hacer tortilla para cenar.

—Claro, Sandra, hasta ahora —respondio un animado Ricardo.

Sandra volvio dos horas mas tarde. Por cierto, sin los huevos.

6. Visitando al vecino

—!Hombre, vecina, que sorpresa! —dijo Martin en el umbral, contemplando al trasluz del transparente camison, el opulento cuerpo de la cachonda Sandra.

—Venia a por un par de huevos —respondio la mujer con una sonrisa de oreja a oreja, echando mano del paquete del joven. Este, la arrastro hacia adentro y, tras dar una patada para cerrar la puerta, la agarro del cuello y la fue llevando hacia el interior de la vivienda mientras Sandra, entre risas, iba dando saltitos, como una Geisha bien jamona.

Cinco minutos despues, la puerca estaba de pie inclinada hacia adelante, con las manos apoyadas en la mesa del comedor, una solida mesa de roble, al tiempo que Martin apuntaba la polla entre las piernas de la jamona. El capullo de Martin entro en el cono de la cerda como una exhalacion, la enorme humedad del chocho de la guarra ayudaron a la penetracion.

—No, no… Por ahi, no, cabron… Por el culo —gimoteo una anhelante Sandra, mientras separaba un momento las manos de la mesa para abrirse bien las nalgas y ofrecer su enrojecido ojete a su vecino. Este, alucinando, no perdio la opcion. A nadie le amarga un dulce.

—!Joder, menuda puta estas hecha! —el amoratado capullo, con la lubricacion obtenida por el cono de la mujer, entro en el culo provocando un gemido de Sandra. El estrecho ojete se fue dilatando a medida que la polla iba ganando terreno. La penetracion fue lenta, pero muy placentera, a tenor de los profundos suspiros de la mujer que volvia a apoyar las manos en la mesa para evitar derrumbarse por el impacto de aquel polvazo. Cuando quedaba un tercio de tranca, Sandra suplico:

—!Metela toda, por Dios! !Metela de golpe, hijo de la gran puta! !Fuerte, cabron!

Un asombrado Martin, no dejo pasar la ocasion y de golpe embistio a la madura guarra que tras lanzar un tremendo berrido, empezo a acompanar los vaivenes del joven con sus caderas para ayudar a la follada.

El pobre Martin no pudo resistir demasiado aquella forma de ser jaleado por la bestia parda que se estaba follando y, sumamente excitado por los insultos de la puerca, se corrio a los pocos minutos. La jamona se desplomo sobre la mesa, aplastada por el peso de su amante, mientras la polla iba aflojandose hasta que, un par de minutos mas tarde, salio sola del ojete. Mientras, la pareja se besuqueaba en aquella incomoda postura.

Minutos despues, mientras Martin se tomaba una copa en el sofa, Sandra le mamaba la polla disfrutando del sabor del rabo de su amante, recien salido de su culo, y poniendolo en forma para un segundo asalto.

Esta vez el polvo fue algo mas convencional, por el conito y con ella haciendo de cowgirl dominando el cotarro. Sandra se corrio antes que el y decidio que su macho se merecia que la putita de su vecina se tragase toda su lefa. De modo que remato la tarde con una buena mamada que culmino, tras la muestra de la lefa en la boca a Martin, con un buen chupito de leche de macho recien ordenada.

Mientras estaban follando el timbre del piso sono un par de veces. Se trataba, con toda seguridad, del pobre cornudo, extranado ante el retraso de la puta de su mujer. Ninguno de los amantes se digno prestarle atencion al sonido.

Cuando Sandra llego a casa, despeinada, sudorosa y con el aspecto de haber hecho una maraton, se encontro a un hosco y hostil Ricardo que la atosigo a preguntas. Las respuestas fueron unas evasivas tan absurdas como increibles. «Nada, nada, no pasa nada. Que Martin me ha estado contando que tenia problemas con su novia. El chico estaba un poco deprimido y como ayer se porto tan bien trayendome a casa, he tenido que hacerle un poco de caso».

Despues, ante un incredulo Ricardo, Sandra se fue a la cama. Sin cenar. El pobre marido se hizo un triste sandwich y se quedo viendo la tele, convencido de que, seguramente, su mujer tampoco estaria hoy para acrobacias sexuales. Y era cierto, ya habia tenido bastante por aquel dia.

7. Nuevas rutinas para Sandra

El regreso el lunes a la oficina fue apoteosico. Las miradas y los comentarios de los companeros, lejos de ser discretas murmuraciones, fueron bromas directas e hirientes sobre el comportamiento de Sandra en la cena de empresa. Pero, lo que en cualquier otra hubiera supuesto un derrumbe de la autoestima y una verguenza tremenda, para Sandra supuso un chute de adrenalina que le hizo mantener la cabeza alta y menear mas aun el culazo, embutido en unos ajustados leggins y que se balanceaba al ritmo que marcaban los tacones que habia decidido llevar a la oficina.

De modo que, dada su actitud, sus companeros decidieron aparcar el cachondeo y centrarse: por un lado los tios, en tirarle los tejos e intentar meterle mano con mayor o menor disimulo y por otro las tias, en mirarla con una cierta envidia criticandola a lo bestia. Ella, altiva y ausente, tan solo presto atencion a Eugenia, su amiga, que, al final, habia conseguido su objetivo: ponerla a punto para un buen polvo. Claro que la triste pollita de su marido, que deberia haber sido la que se beneficiase de ese cambio de actitud, se habia quedado con las ganas y fueron las dos trancas de su vecino y su yerno las que se llevaron el gato al agua.

Eugenia ignoraba el fin de fiesta de su amiga y no podia comprender como seguia comportandose de aquel modo, como si fuera buscando guerra, un lunes por la manana, despues del calamitoso estado en el que la dejo a cargo de su vecino en el pub.

No fue hasta la hora del cafe, que tomaron juntas, cuando Sandra le conto la historia con pelos y senales y sin omitir el minimo detalle.

Eugenia, escucho alucinada la increible peripecia que le conto su amiga. No se la habria creido si no fuera por el par de fotos que le mostro de su jeta enrojecida con una gruesa tranca encajada hasta la traquea y los ojos abiertos como platos mirando el objetivo. Era una imagen que Martin habia compartido con Jorge su companero de trabajo y yerno de Sandra para ponerle los dientes largos de envidia mientras se la trajinaba el domingo por la tarde. Sandra le pidio a Martin que se la enviase. Le gustaba mirarla de vez en cuando para notar como el cono se le humedecia como un acto reflejo al recordar la escena.

—Ya has visto, Eugenia, estas hablando con una nueva Sandra. Una zorra de campeonato.

—Ya veo, ya —respondio Eugenia que, sin poder evitarlo, habia empezado a envidiar la suerte de su amiga, al mismo tiempo que notaba como el cono se le humedecia con la asombrosa historia que le acababa de contar—. Pero, ¿y Ricardo? ¿que va a pasar con el?

—Nada, ¿que quieres que pase? —contesto Sandra con una total indiferencia—. Seguira con sus cosas, su tele, sus partidas de mus en el bar y sus gilipolleces. De todas formas, llevabamos sin follar desde hace siglos… !Ah, ahora me acuerdo! !Alucina con esto! Resulta que aquella misma noche, cuando aquellos dos me hicieron un sandwich, llego reventada (literalmente) a la cama y no va el capullo de Ricardo y me pega la pollita al culo por la noche… !Que queria guerra el tio! Y yo, que llevaba un tute que te cagas y me habia bebido hasta el agua de los charcos, estaba como para follar con el pobre infeliz. Joder, me sabe mal, pero que quieres que te diga, despues de haber estrenado el ojete de aquella manera y de tener a dos taladradores como aquellos, si me meto la pilila de cornudo me acaba bailando sin tocar pared…

Eugenia asistia flipando al soliloquio de su amiga. Y mas aun si tenemos en cuenta que todo el asunto era un plan urdido entre ella y el marido de Eugenia para levantarle la libido a la mujer y, de paso, estrenar las pastillitas azules que habia comprado el hombre por internet. En fin, penso Eugenia, Ricardo iba a tener que darle al manubrio como un adolescente porque, por lo que parecia, la nueva Sandra no parecia estar mucho por la labor de cumplir como esposa, por asi decirlo.

—La cosa promete —concluyo una animada Sandra, ante su amiga.

La pobre Eugenia que aunque tenia una vida sexual algo mas activa que la de Sandra, acababa de darse cuenta de que sentia una envidia tremenda. Envidia sana, claro. Asi que penso en que, aplicando el viejo dicho, «quien a buen arbol se arrima, buena sombra le cobija», decidio aprovechar la coyuntura para ver si, por aquellas cosas del destino, podia entrar a formar parte de alguna ampliacion del trio de su amiga con los dos jovenes. Quiza a ellos tambien les vendria bien carne de jamona fresca y se terciaba la ampliacion hasta un cuarteto.

Mas tarde se tuvo que pajear en el lavabo recordando las aventuras de Sandra e imaginandose a si misma como protagonista.

El dia a dia de Sandra siguio siendo como antano. Trabajo en la oficina de lunes a viernes por las mananas, pilates los martes y los jueves y cine con las amigas los viernes. Eso si, se habian anadido dos nuevas rutinas en las tardes que tenia libres. Los lunes y los miercoles, en las que coincidia con la libranza de Martin, se iba a hacer una visita a casa del vecino.

Empezo yendo sobre las cinco hasta las ocho, aproximadamente. Recogia la casa despues de comer y, aduciendo alguna excusa chorra, dejaba a Ricardo mesandose la cornamenta e iba a satisfacer a su macho.

Claro que la cosa se le fue quedando corta y paso a comer directamente en casa de Martin. Al salir del trabajo, saqueaba descaradamente su nevera y se iba a hacerle la comida a su macho. Esta vez la excusa habia cambiado y le contaba al pobre Ricardo la milonga de que estaba ensenando a cocinar al chico que se iba a casar dentro de poco y no tenia ni pajolera idea de hacer nada de comer y, claro, «ya sabes, Ricardo, que los matrimonios de ahora no son como los de antes y los dos tienen que hacer cosas en casa». Ricardo el pobre se quedaba en casa con la mosca detras de la oreja, pero seguia sin atreverse a decir nada, ni a manifestar ninguna sorpresa.

Al final, acabo quedandose a dormir esos dos dias. Una tarde en que la sesion se habia prolongado hasta las nueve y estaba todavia en la cama de su amante, sudorosa, satisfecha y con el cono y el culo con restos de las abundantes corridas de Martin, decidio preguntar a Martin si le importaria si cenaban juntos y, ya que estamos, se quedaba a dormir con el. A Martin le parecio estupendo, como no, y la animo para que fuera a por sus cosas a casa para ducharse por la manana antes de salir para el trabajo. Le ilusionaba especialmente despertarse con una mamada matutina en vez de con el incordio del despertador.

Sandra se fue en pelotas, tal cual estaba, cubierta con una bata de Ricardo que le venia bastante grande, camino de su casa, donde el pobre cornudo la esperaba para cenar, sin querer aceptar lo que estaba resultando mas que evidente. No tuvo opcion ni de preguntar. Nada de nada. Sandra le dijo directamente:

—Voy a coger el cepillo de dientes y la ropa de manana. Me quedare a dormir en casa de Ricardo. Me ha invitado a ver una serie en Apple +, y como nosotros no tenemos… Acabara tarde, asi que para no despertarte, casi mejor me quedo a dormir alli.

Ricardo, boquiabierto, no tuvo tiempo ni de asentir, ni de negar, ni de preguntar nada, Sandra le dejo mirandola y fue a buscar sus cosas.

Asi fue como los lunes y los miercoles Sandra acababa follando y durmiendo con su amante con el consentimiento tacito del pobre Ricardo que estaba cada vez mas bloqueado y era incapaz de corregir aquella absurda situacion.

Paralelamente, Jorge, el yerno de Sandra, andaba con bastantes dudas acerca de la impresion real de su suegra despues de la tremenda follada de aquel sabado. Sandra no habia intentado comunicarse con el, por lo que el joven desconocia si la experiencia le habia resultado satisfactoria o era algo sobre lo que preferia correr un tupido velo.

En realidad, no es que Sandra estuviera arrepentida de haber entregado todos sus orificios tambien a su yerno o que creyera que este la habia sometido aprovechando su momentanea debilidad alcoholica, la verdad es que estaba demasiado ocupada follando con su vecino y descubriendo el sexo en sus multiples variantes como para volver a quedar con Jorge… todavia.

De modo que Jorge se tuvo que conformar con la informacion indirecta que le proporcionaba Martin, su companero de trabajo. Y, como no podia ser menos, estaba verde de envidia por el pedazo de jamelga que se estaba cepillando su colega cada dos o tres dias. Mas aun cuando Martin le vacilaba ensenandole los videos y fotos que tomaba cuando se la estaba follando: retratos de la puerca con le jeta repleta de semen, su enorme culazo penetrado por la tranca de Martin y, algo que le sorprendio, una bonita y bella estampa de la carita de la cerda incrustada entre las piernas de Martin, con los huevos de su vecino en la frente mientras repasaba con la lengua el ojete de su macho. Esta ultima escena era un breve video de unos veinte segundos en los que se oia a Martin jaleando a la zorra, con estimulantes insultos que la enardecian («!puta, guarra, lame bien, gorrina!», etc.), y culminaba con la cara congestionada de Sandra emergiendo de entre las piernas de Martin para empezar a chuparle los huevos mientras le pajeaba. !Digno de un Oscar, vamos!

Pero las dudas de Jorge se disiparon el fin de semana, cuando acudio con su mujer y su hijita de un ano, la nieta de la guarrilla, a la tradicional comida familiar de cada domingo.

Despues de un abrazo y un beso algo mas efusivos de lo normal, pero sin excesos (estaban la hija y el marido delante), Jorge noto como, al volverse los otros, Sandra le masajeo con fuerza la polla por encima del pantalon, lo que indico a las claras que no habia olvidado nada de lo ocurrido aquel sabado noche.

La comida transcurrio por los cauces habituales, a pesar de que Jorge, se sentia algo tenso por la frialdad de su suegra que parecia no recordar nada de lo que habia sucedido dias antes entre ellos. Desde luego, ante el resto de la familia, estaba clavando su actitud de indiferencia, tan similar a la que hasta hacia bien poco habia sido la habitual en las relaciones entre ambos.

Era cierto, el comportamiento de Sandra era el mismo que todos los domingos anteriores: una conversacion banal con las tipicas preguntas a su hija acerca de como iban las cosas y que tal estaba la nietecilla. Mientras tanto, se suponia que yerno y suegro hablaban de temas trascendentes. Lo tipico, vamos: futbol y politica. Claro que la conversacion entre Ricardo, bastante deprimido por su situacion de cornudez, y Jorge, mas pendiente de las reacciones de la guarra de Sandra que de otra cosa, fue bastante fria y protocolaria. Logico, si tenemos en cuenta que, ni uno, ni otro, se tenian la menor simpatia (una de las razones principales, por otra parte, por las que Jorge disfruto tanto de reventarle el ojete a su suegra: ponerle los cuernos a un gilipollas como Ricardo no tenia precio, como dicen en el anuncio de Visa).

Despues de aquella desangelada comida, la familia se traslado a tomar el cafe y sestear en el sofa. Despues su mujer dio el biberon al bebe e inmediatamente se quedo frita en el sillon. Ricardo, apuro el cafe viendo la tele y, sorprendentemente, se quedo KO al instante. Su encantadora esposa le habia disuelto una dosis de somnifero capaz de dormir a un elefante y el hombre acabo en brazos de Morfeo en menos que canta un gallo.

Jorge miraba aburrido la television haciendo zapping, mientras oia el traqueteo en la cocina de su suegra, que terminaba de poner los platos en el lavavajillas. Por un momento penso en acercarse a echarle una mano, pero lo descarto. Seguia teniendo la sensacion de que Sandra estaba algo resentida, a pesar de su insinuacion al tocarle el paquete al llegar a casa, que no queria volver a repetir la sesion de folleteo. Seguramente le bastaba con follar con su vecino. Lo de cepillarse a su yerno, aparte de ser bastante mas pecaminoso, supondria cornear por partida doble a su marido y a su hija. Lo de su marido podria tener un pase (Ricardo era un estupido integral y eso hasta Sandra parecia tenerlo claro) pero su pobre hija… Bueno, !que culpa tenia ella de que su marido fuera un crapula irresponsable! No estaba nada bien que su propia madre pusiera en riesgo su matrimonio.

Mas o menos, lo que se cuenta en el parrafo precedente venia a ser el batiburrillo de confusos pensamientos que se agolpaban en la mente de Jorge. Rumiando eso estaba, cuando Sandra entro en el salon y, susurrando para no despertar a los durmientes, dijo:

—Jorge, Jorge…

Jorge, sorprendido, se giro hacia ella que se estaba limpiando las manos con un trapo de cocina y le llamaba desde la entrada.

—!Ah, Sandra! Dime, ¿que tal? Me estoy quedando frito…

—Anda, ven un momento a la habitacion para ver si me puedes ayudar a bajar una caja del altillo del armario.

Jorge, sorprendido, se levanto sin expectativas. Ni la voz, ni el atuendo (bata casera antilujuria), ni la actitud de Sandra, le hacian albergar la menor esperanza. Y, con aquellas marmotas sobando a escasos metros del dormitorio, estaba claro que la peticion no era mas que lo que era: una solicitud de ayuda lisa y llanamente.

Y, cuando al entrar en el dormitorio, una habitacion bastante hortera con una decoracion rosa horrenda y una cama mas bien pequena, su suegra le dijo «no cierres, Jorge, deja abierto», las esperanzas del chico se desvanecieron.

Claro que, cuando la guarra anadio:

—Es mejor que la puerta este abierta, asi podremos oir si se despiertan —Jorge recupero la ilusion.

Sandra empujo a Jorge hasta sentarlo sobre la cama, cogio un cojin y, tras arrodillarse entre sus piernas, saco la mustia polla de su yerno que, instantaneamente, al notar el calorcillo de la cerda, se puso como un garrote.

Jorge trataba de contener los gemidos, tanto que se podia oir a la perfeccion el humedo chapoteo de la ensalivaba y babosa mamada que le estaba proporcionando la puta. La cerda se habia preparado bien el tema. Habia colocado una toalla bajo las piernas de Jorge para ir enjugando el chorro de babas que chorreaba desde la polla y los cojones del afortunado joven.

Mientras Jorge afinaba el oido, bastante asustado por si alguno de los durmientes en el cercano salon se despertaba, y respiraba con un jadeo entrecortado, observando el trabajo fino que la guarra de Sandra le estaba realizando (se notaba que Martin la habia adiestrado a base de bien, !el afortunado cabron!), su excitacion se duplico en el momento en que la puerca levanto la vista para hacer contacto visual con el y, con una mirada de vicio de las que hacen epoca, le sujeto los cojones para notar el momento en el que Jorge, vencida ya toda su resistencia, no pudo contenerse mas y vacio su deposito en la anhelante boca de aquel pedazo de cerda.

—!Uuuuuggggg! —un rugido ahogado, los ojos en blanco y un desmadejamiento general de su cuerpo, acompano la tremenda eyaculacion de Jorge.

Por suerte, en el salon, el sonido bajito de la tele y los tremendos ronquidos del cornudo, evitaron que su mujer pudiera oir el berrido del joven.

Sandra prosiguio la mamada mientras la polla, despacio, fue perdiendo rigidez. Despues, mostro su trofeo a su macho, abriendo la boca para que Jorge comprobase, sin trampas, ni carton, como deglutia aquel delicioso manjar.

Luego, trabajosamente, se levanto y, tras frotarse las doloridas rodillas, dijo:

—!Venga, guapete! Vamos a despertar a tu mujer que ya va siendo hora de que os vayais para casa.

—!Buffff! Si… !joder! —respondio un satisfecho Jorge mientras se abrochaba los pantalones.

—¿Te ha gustado?

—Vaya, ¿a ti que te parece?

—Pues ya sabes. A ver si nos vemos mas, ¿no? Tienes que cuidar mas a tu mama politica, eh.

—Claro, claro, putilla, creia que estabas enfadada, por eso no te habia dicho nada… —al tiempo que hablaba, Jorge, le palmeo las nalgas y la mujer se dejo hacer entre risitas.

—¿Enfadada? Ni mucho menos. Encantada es lo que estoy. Lo que pasa es que tenemos que hacer bien las cosas. Como hoy. Garantizar que el cornudo esta como un tronco y, a poder ser, no darle un disgusto a tu querida esposa, ¿no?

—Claro, claro. Ni tampoco al cornudo de Ricardo…

—¿A Ricardo? A Ricardo le pueden dar mucho por el culo. A fin de cuentas me ha tenido durante anos a palo seco. Por mi como si lo operan. Pero tampoco se trata de que nos amargue un polvo montando un numerito planidero, ¿no?

—!Vaya vibora estas hecha!

Una sonora carcajada cerro la conversacion mientras Sandra entraba en el salon y, dulcemente, despertaba a su hija y le indicaba que seria mejor que fueran saliendo si no querian pillar caravana.

Poco despues, Sandra organizo su tiempo para disfrutar de polvos casi todos los dias. Los lunes y los miercoles follaba con Martin, su vecino y, casi siempre, dormia en su casa, para desesperacion de Ricardo que mantenia en secreto esas ausencias de su mujer, tan dificiles de explicar a cualquier oyente medianamente objetivo. Los martes y los jueves abandono las clases de pilates, sustituyendolas por las visitas de Jorge para echar un polvo. Su yerno se nego a ir a ningun hotel o similar y exigio, si Sandra queria que se la follase, hacerlo en el dormitorio matrimonial. Le ponia tremendamente cachondo follarse a la jamona en el mismo catre donde, mas tarde se iba a acostar el pobre cornudo. «!Cosas de jovenes!», penso Sandra, que habria preferido algo mas discreto. La mujer no tenia muy claro como iba a plantearle al pobre Ricardo las visitas de su yerno. No le preocupaba demasiado la autoestima de su esposo, bastante por los suelos a esas alturas debido a las folladas con el vecino (nada discretas a esas alturas, ya berreaban como puercos y con esas paredes de papel de los pisos de ahora…), pero incluso a ella, tan desinhibida ultimamente, le parecia excesivo encerrarse en la habitacion a follar con Jorge con su esposo en el salon. Aunque, si tenia que hacerlo, lo haria. Lo unico que tenia claro es que sin volver a sentir la gruesa tranca de Jorge en sus entranas no se iba a quedar.

La solucion llego en forma de somnifero, como no podia ser menos. Su amiga Eugenia, responsable en cierto sentido de toda la situacion, era una adicta a los farmacos desde siempre y a Sandra se le ocurrio ir a lloriquearle en plan «ay, hija, es que ultimamente no puedo ni dormir de los nervios, despues del despendole de aquel sabado, y tal, y tal…». A la buena de su amiga, siempre dispuesta a ayudar, le falto el tiempo para endosarle un cargamento de pastillas para dormir medio caducadas. «Esto haria dormir a un elefante, asi que ve con cuidado, eh». «Claro, claro», respondio Sandra que, para asegurar, le dio una dosis doble al cornudo en el cafe el primer dia que llego Jorge a casa.

Al entrar y verlo sobando en el salon, con la tele puesta y la babilla saliendo por la comisura de la boca, Jorge no pudo por menos que saludarlo con dos palmaditas en la cara y un «!Hola cornudo!» que se encontro sin respuesta certificando el estado catatonico del pobre pichafloja.

De modo que los amantes pudieron hacer el precalentamiento en el sofa con el pobre cabroncete durmiendo frente a ellos. Una imagen morbosa y retorcida, con la jamona de lado en el sofa comiendo el rabo de Jorge y este con una copa del whisky caro de su suegro, con los ojos entrecerrados y dirigiendo con la mano libre la cabeza juguetona de su puta suegra.

Mas tarde, tras haber saboreado la primera corrida de su yerno de aquel dia, la jamona soportaba estoicamente la enculada de Jorge. Previamente, en un extrano alarde de romanticismo, le habia pedido:

—Jorge, ¿por que no lo hacemos normal?

—Normal, ¿como? —pregunto el, haciendose el tonto.

—Normal, normal… —respondio ella senalandose su apetecible conito, perfectamente depilado siguiendo las instrucciones de Martin, su otro amante—. Por aqui, digo.

—Venga, Sandra, no seas absurda. Para follar conos ya tengo a tu hija, que es sosa con ganas en la cama, que ha salido a su padre la pobrecilla. A las putas como tu las quiero para otras cosas —mientras hablaba la iba colocando con el culo en pompa—. ¿O es que acaso no te gusta? ¿Quieres que lo dejemos correr?

Con el capullo ya dentro del ojete, Sandra, acostumbrada como estaba a ser enculada mientras se pajeaba, agacho la cabeza, mordio la almohada para soportar mejor la embestida y respondio entre dientes:

—!Ni de cona, cabronazo! !Dale fuerte!

Y eso hizo Jorge.

FIN